Hoy es el Día del Hincha de San Martín. Por primera vez en su historia, el club eligió esta fecha en conmemoración al épico ascenso de 2007 frente a Huracán.

"A quién le preguntes de aquél 16 de junio, te lo va a describir como el día más feliz de su vida, ese día tocamos el cielo con las manos, ese día cambiamos la historia para siempre, por todo eso y mucho más, y para mostrar nuestro eterno agradecimiento a ese grupo de héroes que lucharon hasta el final para ascender a lo San Martín, es que cada 16 de junio no solo festejaremos esa hazaña, sino nuestro día, ¡El día del hincha de San Martín! ¡Feliz día del hincha de San Martín!", publicó el Verdinegro en sus redes.

San Martín enfrenta a Ferro el próximo domingo a las 11 de la mañana.

EL ASCENSO

Pasaron exactamente 15 años de aquel inolvidable 16 de junio de 2007 para San Martín. Ese día le tenía deparado al club verdinegro su página más célebre porque ascendió por primera vez a Primera División, justo en el año de su centenario, dejando atrás 11 años en la B Nacional. Había perdido en el encuentro de ida ante Huracán 0-1 y todo se resolvía en el Hilario Sánchez para conocer quién daba el salto de categoría luego de haber finalizado 2do en la tabla general. Cayó día sábado, 18.20 era la convocatoria, pero los hinchas dos horas antes ya habían rebalsado el estadio. Se suponía, porque en la semana, en 55 minutos agotaron las entradas. Era la gran cita y con sólo un partido por delante para concretar el sueño. El encuentro largó cuando la tarde se perdía en Concepción. Mucho frío. Gorro, guantes, campera y encima de todo eso la verde y negra. No faltó nadie. Era "el" partido. Once mil personas lo sufrieron. No estaba la tribuna del sector Norte que hoy tiene capacidad para 8 mil personas, pero en ese arco y a los 53 minutos del segundo tiempo, Luis Francisco Tonelotto anotó el 3-1, desató la fiesta y el ascenso del Verdinegro a la máxima categoría se logró.

Ni las tribunas tubulares que se armaron pudieron soportar tanto tráfico de simpatizantes verdinegros. Fue un partido emocionante. Nadie se sentó. Todos parados. Alentando y soñando con un plantel que hacía un año había armado el técnico Gustavo Quinteros y que lo terminó guiando un joven Teté Quiroz que lloró de emoción cuando los hinchas lo llevaron en andas.

Fue el último equipo de San Martín con superpoblación de jugadores sanjuaninos. Fueron 10. Situación que nunca más se repitió. Y por eso ese ascenso no fue sólo de San Martín. Fue de San Juan y para su gente, porque el fútbol de la provincia estaba ingresando a un selecto grupo, sólo para privilegiados por obra y acción de aquel San Martín.

El partido fue la película mejor escrita del deporte provincial. Con el final más feliz, como deben tener las historias para perdurar en el tiempo. ¿El equipo? César Monasterio; Sergio Plaza, Sebastián Brusco, Ariel Agüero; Alejandro Gómez, Mario Pacheco, Félix Décima, Facundo Torres; Gabriel Roth; Tonelotto y Lisandro Sacripanti. Formación que hoy sale de memoria para cualquiera que ese 16 de junio de hace 15 años lo vivió dentro del estadio. 


En la ida había perdido por la mínima diferencia y por ello en el Hilario Sánchez salió convencido y obligado a ganar. Se puso arriba con el gol de penal de Tonelotto. Con el 1-0 la serie estaba igualada. Pero Larrivey estampó el empate. Paridad que no golpeó a los jugadores. Porque en la semana dijeron que era el partido de sus vidas y que eran superiores al rival. Entonces, se volvieron a meter en el partido. Necesitaban un gol para forzar al alargue pero el tiempo se consumía. Todo el desgaste era de San Martín, mientras que en la tribuna Norte los hinchas de Huracán ya festejaban el ascenso. Los mismos que en los minutos finales del complemento intentaron invadir la cancha para que el árbitro Daniel Giménez lo terminara, pero la Policía los frenó y nadie pudo vulnerar el alambrado. 


Eso sucedió en la tribuna, pero adentro, a los 45' llegó el tiro libre. Era todo o nada. Y fue todo. Fue la primera gran felicidad de la noche. Brusco pateó, la pelota pasó por debajo de la barrera y se metió pegada al palo de Leo Díaz para el 2-1. 


Y mientras el cordobés cruzó toda la cancha gritando su gol, se desató la bronca en el banco de Huracán: su entrenador, el Turco Mohamed, se fue expulsado y San Martín, que había igualado la serie, quería y sentía que podía más. Encima el "Sargento" Giménez y de frente a las cámaras de TV marcó con sus dedos 8 minutos de tiempo adicionado. 


Y allí fue cuando San Martín comenzó a despedirse de la B. Sufrió porque los 8 minutos se empezaron a consumir, expulsaron al Gino Laciar... y cuando todos se preparaban para un alargue en el que podía pasar cualquier cosa, Matías García metió un centro al área a los 53 minutos. Ubeda y Goltz dudaron y a su juego lo llamaron porque rápido y con todo el oficio, Tonelotto metió la media vuelta y con la canilla de su pierna derecha estampó el gol más gritado en la historia del Verdinegro. 


Tonegol abrió su brazos y su épica corrida por el lateral izquierdo hizo llorar a todo el Pueblo Viejo, porque con el gol y el 3-1 el partido terminó. Y entre los reclamos de los jugadores de Huracán hacia el árbitro, los hinchas verdinegros invadieron la cancha. San Martín había logrado el ascenso a Primera División. El primero de su historia.


Llantos, abrazos, gloria, euforia, sueños concretados. Todo, absolutamente todo se vivió dentro del campo de juego. Ese plantel que había formado Quinteros cuando muchos futbolistas no querían venir a San Juan porque San Martín anteriormente peleaba por no descender, terminaba de hacer historia. Ese plantel que logró 34 puntos en el Apertura para marcar la mejor campaña en B Nacional. El mismo que luego tomó Quiroz porque en la segunda fecha del Clausura lo echaron a Quinteros tras la derrota 3-1 de local ante Platense. 


Ese plantel al que Teté le permitió seguir jugando como ya lo venían haciendo, y que tras cosechar 35 puntos finalizó segundo en la tabla general y fue el equipo que menos goles recibió (30 en contra y 51 a favor). 


Ese plantel que tuvo unión de grupo desde el debut mismo, cuando el 6 agosto de 2006 goleó 4-2 a Tigre. Que de local se hizo siempre inmenso y con triunfos determinantes como el 1-0 al "cuco" Olimpo y a Tiro Federal en tiempo adicional. Mientras que su clasificación para disputar la final por el segundo ascenso la consiguió en las dos últimas fechas. Superó 1-0 a Instituto y luego 2-0 a San Martín en Tucumán.


Lo que vino después fue el sueño concretado. El comienzo de un camino que hoy lo continúa en base a la experiencia vivida, pero que nunca se podría haber concretado de no ser por aquellos héroes que pusieron a San Martín en Primera División, un 16 de junio, como hoy, pero de 2007.