Pasó Ecuador, pasó la fecha final y Argentina intacta. Invicta, sólida y ganadora volvió a demostrar su madurez como equipo para terminar empatando con Ecuador en Guayaquil 1-1, con un gol de Julián Álvarez más el penal de Valencia y cerrar un ciclo en medio de un proceso sanador que apunta a Qatar como el gran objetivo. No fue sencilla la historia en la humedad infernal de Guayaquil porque Ecuador lo apuró, lo presionó pero Argentina tuvo la solvencia para resolverlo con sus argumentos y dejar más que claro que esta previa al Mundial no puede encontrarlo mejor. Un proceso sanador en medio de un ciclo que nació en la urgencia. Una forma de ser como equipo que no sólo sirvió para clasificar cómodo, para meter la Copa América en el medio y para terminar ilusionando a todos como siempre o como nunca. Es que esta selección invicta de Scaloni, con 31 partidos, igualó anoche el récord de una Mayor que ostentaba de manera solitaria el ciclo de Alfio Basile entre 1991 y 1993. Esta selección terminó convenciendo a todos, propios y extraños. Logrando tener al mejor Messi de todos los ciclos del capitán con la camiseta albiceleste, recuperando nombres que parecían ya descartados con un caso paradigmático tal vez: el de Ángel Di María. Pero además, este proceso que empezó como emergencia cuando Argentina ardía tras el fracaso de Rusia 2018, terminó generando esa renovación que era indispensable pero que nadie se animaba a hacerla, más aún sin la espalda necesaria para bancar ese momento. Pero Scaloni lo asumió.

Lo decidió y fue entregando nombres que sorprendieron como un tal Emiliano Martínez para darle el arco y acertó. Y desde ese nombre, varios más en la lista como el Cuti Romero, Lisandro Martínez, Nico González, Nahuel Molina y el caso más contundente: Rodrigo De Paul. El socio de todos. A partir de esa construcción, Argentina fue encontrando el perfil para poder ir creciendo. En medio del salvaje trajín de las Eliminatorias, la Copa América de Brasil sirvió para darle ese toque de mística que necesitaba recuperar. Y, claro lo que vino después fue potenciar cada gesto, cada paso. Fue ganarle a Brasil en San Juan, estirar el invicto, clasificar antes. Todo junto. Argentina ya tiene identidad. Logró en la emergencia de un proceso nacido en el interinato, sanar heridas, recuperar al capitán Messi y volver a ser el candidato de siempre para un Mundial que a fin de año puede encontrarlo en su mejor versión. Todo dependerá de este mismo Argentina.

Estreno. Julián Álvarez vivió su momento soñado en su debut como titular con la Selección, abriendo el marcador ante Ecuador.