"A donde vayas va colgada mi bandera...". Así tal como dice uno de los cánticos de la "Guardia Puyutana", así canta por estas horas el pequeño Benjamín Molina, un pequeño de 11 años, que logró con su propio esfuerzo poder tener su propia bandera. El fanático hincha de Sportivo Desamparados ahorró, hizo rifas y salió a vander masas dulces por su barrio para reunir peso por peso y poder llegar a su objetivo.

El chico es oriundo del barrio "Franklin Rawson" en Rawson, trae sangre verde y blanca en las venas, porque su familia materna es oriunda de la ex Villa Hidráulica. "Es muy fanático desde chiquito, no se pierde ni un solo partido. Es enfermo por Sportivo, se sabe todos los cantitos, tiene un montón de camisetas, se conoce a todos los jugadores porque no falta a ningún partido", expresó Natalia, la mamá. La mujer sufrió un accidente de tránsito que le demandó tres meses internada. Aún así, el pequeño Benjamín fue a la cancha en cada partido que Desamparados jugó de local y lo hizo en compañía de su tío Nicolás Sarrasina.

Hace unos meses fue cuando el chiquito comenzó a pensar en tener su propio trapo. Primero comenzó ahorrar plata que le daban sus tíos, después con aporte de su familia hizo una rifa para el "Día del Padre" donde se sorteó chorizos y gaseosas y como no llegaba al presupuesto (la bandera costaba 8 mil pesos) le pidió a su mamá -recién  dada de alta- que le hiciera masas dulces para salir a vender por el barrio. 

El encargado de realizar el "trapo" fue Matías "Cuervo" Castro, quien se dedica hacer banderas de los clubes. "Estaba ansioso, por las noches no dormía pensando en tener su bandera y si bien la quería para el domingo cuando jugara Sportivo, finalmente estuvo lista el martes por la noche asi que el mismo miércoles la estrenó en un partido por el Torneo Local", comentó la mamá del pequeño fanático.