Barracas, el equipo donde se formó el presidente sanjuanino de la AFA, Claudio Tapia, quien anoche estuvo presente en el estadio de Racing e incluso le entregó la Copa a su hijo, Iván, obtuvo anoche un histórico ascenso, luego de 87 años, a la Primera División del fútbol argentino, después de superar en la tanda de penales a Quilmes (5-4) en la final del Reducido de la Primera Nacional de fútbol.

En Avellaneda, con más de 25 mil personas en las tribunas, el equipo "rojiblanco" logró la consagración por su mayor eficacia en los lanzamientos desde el punto del penal, luego de un encuentro que finalizó empatado 0-0 en el período regular.

El club de Parque de los Patricios, que había alcanzado el acceso a Primera en 1919 (allá en el amateurismo del fútbol local), al ganar el torneo de Intermedia, se erige de esta manera en el habitante número 28 de la Liga Profesional de fútbol temporada 2022 (el primer ascenso fue para Tigre). El conjunto dirigido por el relator deportivo Rodolfo De Paoli, que había perdido la primera final por el ascenso ante Tigre (0-1) en noviembre último, exhibió infalibilidad en los penales. Por su lado, Quilmes lamentó el remate desviado de Rafael Barrios, el único fallado en la serie de diez disparos.

Un arranque frenético en Avellaneda. Los dos equipos intentaron presionar alto y asumir riesgos desde el comienzo. Pero a los dos les faltó un "cerebro" para administrar el balón, hacer la pausa y generar esos pases quirúrgicos que pudieran inquietar.

El ritmo vertiginoso del primer tiempo trocó en una brisa desprolija con dos protagonistas que empezaron a experimentar cansancio y lo más importante: el miedo a equivocarse feo en un encuentro de esta magnitud. Así, se llegaron a los penales y la historia le sonrió a Barracas.

El héroe

Fernando Valenzuela ejecutó el penal que le dio el histórico ascenso a Primera a Barracas. Lo hizo con un exquisito zurdazo y decidió patear el penal, tras ver fallar el último de Quilmes. "Se lo pedí a un compañero y por suerte me dejó ejecutarlo", contó.