Independiente y Boca empataron 2-2 anoche por la cuarta fecha de la Copa Liga Profesional en el Estadio Libertadores de América Ricardo Bochini. El encuentro tuvo un desarrollo cambiante, con un Darío Benedetto inspirado en el Xeneize pero insuficiente para torcer la perseverancia local, una expulsión que debió ser y otra que sonó a mucho, y el epílogo a puro diluvio en el que el árbitro Facundo Tello metió la cuchara con un parate a poco del final. De hecho, hubo que esperar más de un cuarto de hora para cerrar el encuentro en el reducto de Avellaneda.

Poco y nada había sucedido en el encuentro hasta los 15 minutos del primer tiempo, cuando Lucas Rodríguez intentó un control fallido de espaldas al arco en su área, Sebastián Villa intentó madrugarlo desde atrás y el del Rojo se lo llevó puesto, cometiendo un infantil penal, que igualmente tuvo distintos reclamos del banco de suplentes local encabezados por el entrenador, Eduardo Domínguez. Un minuto más tarde, Benedetto ejecutaba la pena de modo esquinado y a la derecha de Renzo Bacchia para convertir el primero y darse el gusto de festejar a lo Topo Gigio, tal cual patentó en sus épocas de pantalones cortos el vicepresidente del club, Juan Román Riquelme.

El gol caldeó los ánimos del trámite, que pasó de la apatía del inicio a lanzar chispas. Juan Insaurralde se salvó de la roja al meterle una trompada en el rostro a Villa, algo que sin dudas pudo haber cambiado el trámite del clásico de manera directa. Y a los 30 los de Eduardo Domínguez llegaron a la igualdad. Sergio Barreto cabeceó un córner pasado desde la izquierda de Rodríguez y Gastón Togni, que entraba por el primer palo, convirtió de arremetida. Enseguida, el local repitió fórmula y casi pasa al frente con un cabezazo de Andrés Roa que tapó muy bien Agustín Rossi. Y a los 44, cuando ya todos pensaban más en el descanso que en ir por la ventaja, reapareció el Pipa para hacer la diferencia con su calidad: tras un rebote por un disparo de Juan Ramírez, disparó del primera y clavó el balón en el ángulo derecho del arquero. En esa jugada se notó cierta falta de concentración del anfitrión, que luego de dos rebotes, ningún futbolista pudo rechazar el balón.

El complemento arrancó sin claridad de ninguno de los dos bandos. Hasta que a los 24 Frank Fabfra, ya amonestado, le cometió una infracción a Damián Batallini y se ganó la tarjeta roja. Igualmente la determinación del árbitro Tello pareció como mínimo exagerada. De hecho, el juez pareció no recordar que el lateral tenía la amarilla y por eso debió ser "apurado" por los jugadores locales para recordarle que era doble amarilla y expulsión para el zurdo. Junto con el nuevo escenario y después de muchos amagues de relámpagos y truenos, la lluvia fue in crescendo hasta que se convirtió en diluvio, todo en apenas un cuarto de hora. Y entonces, a los 34 minutos, un buscapié de Rodríguez por la izquierda fue empujado por el segundo palo por Alan Soñora y se convirtió en el empate. A todo esto ya no había casi visibilidad como para tener un desarrollo del encuentro cerca de lo "normal."

Y, cuando más allá de los charcos y de la pelota impedida de picar parecía que se jugaba hasta el final, a los 43" Tello frenó el partido y todo quedó en suspenso, ante la voluntad de los jugadores de continuar y el juez pausando una reanudación durante 23 minutos, discusiones, fastidios y secadores (sí, secadores con los auxiliares que buscaban retirar el agua del césped) mediante. Ya con menos lluvia, se disputaron seis minutos más sin sobresaltos.

Al final, fue un 2-2 que tuvo de todo. Y un reparto de puntos enrarecido, pero bastante ajustado a la justicia.

Mejorar

El goleador de Boca, Darío Benedetto, sostuvo que "el empate es importante, pero debemos tener claro que hay muchas cosas por corregir cuanto antes. Cuando nos pusimos un tanto arriba deberíamos haber ido con todo por el tercero, porque luego se complicó todo por la lluvia y se hizo muy complicado para ambos equipos".