Fue una invasión. Estaban en todos lados. El rojo fue el color predominante de una tarde-noche que pasará sin dudas a la historia grande. Es que ayer, en la primera jornada de la Copa América en San Juan, los chilenos coparon el Estadio San Juan del Bicentenario e hicieron que el equipo de Borghi fuera local. Una verdadera marea roja. En menor número, también estuvieron los uruguayos, peruanos y mexicanos.
El recorrido desde la ciudad hasta el estadio estuvo pintado de rojo. Y no era para menos, si casi 15 mil chilenos (según la Policía de San Juan) cruzaron la Cordillera de Los Andes para hacer sentir su aliento en el estadio. Banderas de todos los tamaños, camisetas y muchas caras pintadas le pusieron el color a una jornada que será inolvidable. Además, no faltaron las máscaras de luchadores mexicanos y las pelucas celestes, que uniformaron a gran parte de los orientales.
Los hinchas llegaron desde muy temprano para buscar su lugar. Dos horas antes del inicio del primer juego, el Gigante de Pocito estaba en un 70 por ciento. Lo que demostró que las ganas por vivir en primera persona del espectáculo eran supremas. Los hinchas de Chile ocuparon gran parte del estadio. Por su parte, los uruguayos se apoderaron de un rincón en la Popular Norte, y desde ahí brindaron su apoyo a los dirigidos por el Maestro Tabarez. Todos buscaron agruparse y fue así que los peruanos ocuparon un pedacito de la Platea Este, como hicieron los mexicanos con la Oeste.
Ayer se vivió una fiesta. Una noche mágica, que quedará teñida por un color rojo que fue predominante.

