La noche del viernes se acostó con fiebre y con algo de pánico escénico y le confió a su madre que no quería largar la prueba de 1.500 metros. Sus antecedentes más cercanos la posicionaban como principal candidata al oro, pero ella sabía que la chilena Kristel Kobrich Schimpl podía darle pelea. "Mami, no quiero participar de los 1.500", le había dicho a Paula, su madre que viajó a Lima para darle su apoyo.

La contención familiar de su mamá, su papá y su hermano menor fue la motivación que encontró Delfina Pignatiello para dar su último show. Ese que la convirtió en la mejor nadadora de la historia nacional. El espectáculo consagratorio que le dio la posibilidad de cerrar un certamen de la mejor manera con su tercera medalla dorada, una cifra inédita para el deporte argentino.

"Trato de mantener los pies sobre la tierra, porque tengo mucho que mejorar"
DELFINA PIGNATIELLO

Nadadora

"Me acosté sintiéndome bastante mal, pero hay veces que la cabeza manda más que cualquier sensación corporal. Dije basta, vamos a dormir y a descansar para mañana (por el sábado) que te vas a despertar bien", explicó después de la infartante carrera que protagonizó en el Centro Acuático de la Videna. "Delfi, hoy es el día, hay que darlo todo" y comenzó la jornada histórica.

No fue la primera vez que la presión popular la había puesto en una situación confusa. Ese estrés competitivo la llevó a estar tres semanas sin ponerse sin ponerse la malla para ir a nadar.

La presión constante, las críticas en las redes sociales y la ausencia de reconocimiento por los podios en Buenos Aires pusieron en duda su futuro. "Se metió en la cama y no salió durante días", recordó Germán, padre de la deportista. Pero su personalidad es distinta a la de cualquier atleta terrenal. Además de su talento innato, Pignatiello tiene una forma de vivir la natación como ninguna otra en su generación. 

"Mi mentalidad fue mi fortaleza", sentenció Delfina, cuando le consultaron sobre su mayor virtud.

Para conquistar Lima, Delfina se privó de salir a bailar y entre prácticas y gimnasio se dio tiempo para aprobar cinco materias del primer año en la Licenciatura en Comercialización que estudia a distancia.

BALANCE POSITIVO

La mejor cosecha fuera del país

 

Argentina firmó una actuación histórica en Perú: consiguió la mejor cosecha de medallas en unos Juegos Panamericanos organizados fuera del país con 32 oros y un total de 101 podios (35 plata y 34 bronce), superando lo conseguido en los Juegos de México 1955.

Esa vez los argentinos habían acumulado 27 medallas de oro y un total de 80 podios.

Claro está que los dos eventos que se disputaron en Argentina (1951 y 1995) fueron los que tuvieron mayor cosecha de primeros puestos: 68 oros en Buenos Aires y 40 oros (159 en total) en Mar del Plata 1995.

La nadadora Delfina Pignatiello, con la obtención de tres medallas de oro (800 mts libres, 400 mts libres y 1500 mts libres) fue la más destacada de la delegación.

En las disciplinas por equipos, los equipos albicelestes se quedaron con el primer lugar en básquetbol, hándbol, rugby seven, sóftbol y vóleibol en las categorías masculinas, mientras que el hockey femenino también brindó su medalla. El canotaje de velocidad (4), el remo (3) , la vela (2), el tiro (1), el tiro con arco (1) y la pelota vasca (1) hicieron su aporte para nutrir las estadísticas finales de doradas. Además, se destacó lo hecho por Nadia Podoroska (tenis), Nahuel Guzmán (taekwondo), Juan Sánchez (patinaje artístico), Virginia Bardach (natación), Eugenia De Armas (esquí acuático) y Leonela Sánchez (boxeo).

El ciclista Maxi Richeze logró la medalla 27 e igualó las doradas de México 1955. Más tarde, el equipo femenino de doble trinquete pelota de goma venció a Uruguay y obtuvo la 28 oro para el país. Los números se inflaron gracias a las victorias de Los Leones en el hockey masculino, la actuación de la pareja argentina en la definición de trinquete pelota de goma masculino y el equipo de fútbol masculino.