Fueron 84 años de deporte y los vivió así, resumiendo sin temor a equivocarse la rica historia vital de Dante Orlando Pantuso. Una de las figuras del periodismo sanjuanino dijo basta y dejó para todos su legado tras una frondosa trayectoria que lo mostró en todas las facetas del deporte mismo: fue deportista, periodista deportivo y dirigente. Todo lo que el deporte puede ofrecer. A los 84 años, Dante, el querido Flaco, nos dejó para abrir las páginas más ricas de su leyenda. Hincha de Peñarol, fanático de Boca, atleta, motociclista, presidente del Andes Moto Club, vicepresidente de Peñarol, apasionado por el hockey, loco por el ciclismo, y su gran apoyo a pruebas que ganaron paso en la historia como la Vuelta de San Juan, la Copa de Campeones. Todas las facetas que tuvieron un común denominador: ser mejor persona siempre. Así, con ese recuerdo, se terminó su paso terrenal habiendo marcado épocas en el Diario Tribuna de la Tarde, DIARIO DE CUYO, LV1, LV5. Mundiales, figuras, gestas. Entrevistas con Monzón, con el Diego. Con todos. Hizo y dejó hacer. Enseñó desde su estilo y supo abrir puertas que parecían cerradas. Padre generoso de cuatro hijos a los que les entregó todo su amor, su ejemplo y su legado. Vecino ilustre de su querida Capital, Dante tuvo el privilegio de recibir varios homenajes en vida como su nombre para la Sala de Prensa de la Secretaría de Deportes, la designación como vecino ilustre de Capital y un gran reconocimiento por su gran apoyo a la Vuelta a San Juan.

Una capacidad de resolución enorme. Miles de ediciones hasta la madrugada le quitaron vida familiar para darle devoción a su pasión: el periodismo. Empezó en DIARIO DE CUYO, luego comandó la sección Deportes del desaparecido Tribuna de la Tarde. Volvió al Cuyo como subjefe deportivo. Le tocó luego asumir la jefatura, cargo en el que estuvo hasta 1995 en el que abrió la veta de la radio en su extenso y rico derrotero. Comandó equipos en Canal 8, LV1, en Radio Sarmiento y también en Antena Uno, donde se dio el gusto de soltar su amor por el hockey. Cubrió mundiales, cubrió la última Vuelta a la Argentina de ciclismo. Las hizo todas y en ese camino, fue dejando huella. Así se fue despidiendo. Lejos de lo que le gustaba: las charlas, las visitas. Recordando mil anécdotas, aconsejando, enseñando a los que vieron en su estampa fina, longilínea y de cigarrillo eterno en mano refugiado en ese café infaltable para vivir el deporte como lo hizo toda su vida: sin límites. Se fue siendo el Flaco que era y será deporte para siempre.

Hoy, por la mañana, sus restos serán cremados. Sobre las 16 se hará una misa, siguiendo los protocolos por la pandemia, en la iglesia del Cementerio de la Capital, donde luego serán sepultados.