Se fue una vez tras perder la segunda final de una Copa América ante Chile, hace tres años. Hace ocho meses, pegó el portazo en silencio y desde entonces la Selección argentina fue un tema tabú para Lionel Andrés Messi Cuccittini. La Pulga simplemente. A sus 31 años, ayer en Madrid concretó su regreso para encarar lo que seguramente será su tercer y ciclo final con la Mayor. ¿Qué lo impulsa para esta vuelta a un lugar donde tuvo muchas más tristezas que alegrías? Un anhelo hasta ahora convertido en misión imposible: ganar un título. Si es un Mundial, mejor. Pero lo primario es ‘ganar algo’ con la Selección nacional, la cual ya se olvidó de lo que es dar una vuelta olímpica tras ser la última vez en la Copa América de 1993.


Lio estuvo en el primer entrenamiento de los dirigidos por su tocayo Scaloni en Madrid y comenzó así la puesta a punto para el amistoso del viernes ante Venezuela, en la capital española. Messi tiene claro que ‘Qatar 2022’ es su última oportunidad de conquistar un Mundial. Si Argentina clasifica, tendrá en el país que nada en petróleo 34 años y medio. Será su quinto certamen ecuménico, siendo el subcampeonato en ‘Brasil 2014’ la mejor actuación.


Su mirada clavada en el césped del Kazan Arena, en Rusia, hace menos de un año todavía duelen. Fue su última vez con la 10 en la espalda y la cinta de capitán en el brazo izquierdo. Desde entonces, la Selección fue un tema ‘negado’ por el futbolista argentino más ganador de la historia. En ninguna de las pocas entrevistas que brindó a medios españoles desde entonces permitió una consulta sobre ese Waterloo. ¿Habrá tenido su autocrítica? ¿Pensará que se hicieron bien las cosas? ¿Tuvo que ver en ese doble comando que dirigió la selección en ‘Rusia 2018’?


Preguntas, aún, sin respuestas. Quizá en la previa o en el post partido ante la Vinotinto se abra y cuente cómo transitó aquellos días. Scaloni, un adulador a ultranza del zurdo, lo llamó con previo aval del rosarino. Chiqui Tapia, otro protagonista demasiado proclive a ponderarlo siempre, entendió que éste era el momento para convocarlo una vez más. Y Messi volvió. Las otras dos veces que se fue, lo hizo tras dos auténticos golpazos. Se viene el tercer ciclo. El que será por calendario su último apuntando a esa palabra que tanto conoce en Barcelona pero que no está en su inventario con la Mayor: campeón.