Traeme la copa. El trío de matrimonios sanjuaninos en la Torre Eiffel, de paso a Rusia. Natalia Castán junto a su marido José Savall (a la derecha). El hermano de este último, Alfredo Savall y su esposa Claudia López (ambos de negro), y Juan Merino (de rojo) y su mujer Adriana Pérez (de verde). 

Por Fabio Cavaliere
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@FabioMCavaliere
DIARIO DE CUYO


"No hicimos vacaciones para ahorrar", es lo primero que cuenta Natalia Castán desde París, camino a Moscú. Ese fue parte del sacrificio para que tres matrimonios amigos se lanzaran a compartir el sueño de disfrutar del Mundial de Rusia, unidos por la pasión que les despierta el fútbol. Los protagonistas, además de Natalia, son su marido José Antonio Savall y su hermano Alfredo y la esposa de éste, Claudia López, junto al matrimonio de Juan Carlos Merino y Adriana Pérez. Cuenta que se quedaron con "muchas ganas" de ir al anterior mundial de Brasil, porque estaba cerca, y en esta ocasión lo decidieron entre las dos parejas de familiares, a lo que se unieron sus amigos. Fue en la agónica clasificación contra Ecuador, en la noche mágica de Messi, que se motivaron aún más para poder cumplir el anhelo. "Es el primer mundial al que vamos, estamos contentos, para nosotros es un sueño", sostiene Natalia que es tanto o más fanática por la redonda que los hombres del grupo. No por casualidad sus dos hijas mayores forman parte de la selección femenina de San Juan. Antonella, de 20 años, juega de volante o a veces de 9; y Dolores (18) lo hace de lateral o volante central, ambas en Atlético Alianza. Del mismo modo, lo hace el varoncito, Marco de 14 años, que juega de 4, pero en San Martín. Finalmente está Helena, de 12 años que hace gimnasia artística, pero también "los acompaña siempre a la cancha", ya que la familia Savall, en su totalidad, es socia del Verdinegro. El matrimonio reconoce "gran culpa" por no poder viajar con sus hijos, devotos de este deporte. "¿A quién no le gustaría traer a sus hijos? Sé que les gusta mucho el fútbol, pero sus responsabilidades del colegio para los más chicos y la facultad para las grandes, lo hizo imposible", confiesa Natalia que prometió llevarles los regalos que pidieron los chicos: las camisetas del Barcelona y el Paris Saint Germain.

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"Ya nos encontramos con muchos argentinos que consiguieron entradas en reventa". 


Los tres matrimonios adquirieron un paquete turístico para la primera ronda, con entradas incluidas, a través de una agencia de viajes ya que no querían arriesgarse a conseguir las entradas por su cuenta. Ahora, ya en suelo mundialista con el sueño cumplido, prometen dejar todo alentando a la selección.