Jujuy. El viernes 30 de mayo de 2008, en la Tacita de Plata, Gimnasia condenaba a San Martín. Canito Gómez y Teté Quiroz lo sufrieron como todo San Juan.


Pasó lo que nadie quería. Duele, lastima. En la sangre de los sanjuaninos, será una de las páginas más amargas porque a San Martín le faltaron apenas 2 puntos para pelear su vida en Primera División pero no alcanzó con ganar. Fue triunfo amargo y más doloroso que ninguno porque en 12 años de paso por la máxima categoría, fue descenso en casa, ante su gente. El tercero de este ciclo, pero el que más lastimó porque fue en el Pueblo Viejo. Los dos anteriores habían sido en Jujuy y en Capital Federal. Lejos, como para que las sensaciones no dolieran tanto.

Tras ese consagratorio 16 de junio de 2007 cuando el milagro se vistió con la camiseta de Tonelotto, San Martín empezó a andar en Primera sin poder afianzarse definitivamente. Arrancó con Tete Quiroz y terminó con el mismo entrenador un amargo 30 de mayo de 2008 cuando Gimnasia y Esgrima de Jujuy lo terminó de sentenciar al vencerlo por 3-1. Ese viernes por la noche, San Martín de San Juan formó con Ezequiel Medrán; Alejandro Gómez, Sebastián Brusco y Pablo Frontini; Ariel Franco; Julio César Irrazábal, Fernando Merlo, Félix Décima y Lucas Nanía; Martín Bravo y Luis Tonelotto.

Hubo que remar tres años hasta llegar a aquella inolvidable promoción de junio del 2011 contra otro Gimnasia y en La Plata para volver a Primera con los goles de Sebastián Penco como pasaporte. Duró dos años esta excursión en Primera hasta llegar al segundo descenso incluyendo otra Promoción ganada ante Rosario Central en San Juan. Pero el dolor se repetiría y lejos de San Juan. En el Monumental y ante River, con Rubén Darío Forestello al frente, aquel domingo 23 de junio de 2013, la derrota por 3-1 volvió a mandar al Verdinegro a la B Nacional. Ese día, San Martín formó con Luis Ardente; Cristian Alvarez, Damián Ledesma, Lucas Landa, Emmanuel Mas; Luis Bolaños, Facundo Affranchino, Reinaldo Alderete, Jorge Luna; Claudio Riaño y Gastón Caprari.

Monumental. El domingo 23 de junio de 2013, River Plate fue el verdugo de San Martín. Pocrnjic y Luna lo sufren. Era descenso en Buenos Aires.

Consumado el descenso, llegó la revancha con Forestello al frente y abonada por la reestructuración de AFA y volvió a ser de Primera. Y desde ahí, fue pelear fecha a fecha contra el descenso. Llegó la Superliga, en su primera edición, y San Martín no pudo bancarlo. Fueron 63 días para volver a ganar desde el triunfo ante Estudiantes cuando más lo necesitaba. Regaló dos meses sin triunfos para que lo alcanzaran y lo terminaran superando en los promedios. Y esta vez, dolió más. Mucho más porque su gente lo sufrió en carne propia, repartiéndose entre San Juan y Paraná. Sabiendo que con ganar en el Pueblo Viejo no alcanzaba, hubo aliento. Hubo lágrimas. Sobró coraje pero era tarde. Tanto que esta herida tardará muchísimo en cerrar, porque fue en casa. Esta vez estuvieron en cancha Ardente; Prósperi, Mattia, Puchetta, Milo; Bogado, Fissore, Gelabert; Villarruel, Osorio Botello y Dening. Dirigidos por Forestello, aquel mismo que una vez descendió y se quedó para subir nuevamente. Esta vez, la caída fue en casa y el dolor fue profundo. Pero sabiendo que habrá revancha.


 

> Presentes : Dos históricos

  • En el amargo resumen de los descensos de San Martín, dos protagonistas se repitieron ya que en 2013 Luis Ardente y Rubén Darío Forestello estuvieron ante River y ayer estuvieron ante Talleres.