Aquello de la garra charrúa es verídico. Y sino basta con el 3-2 con el que Uruguay le ganó anoche a Brasil por la segunda fecha del Grupo B del Sudamericano Sub-20 para comprobarlo. Porque pegó en el amanecer de cada tiempo y el resto fue replegarse y evitar la penetración de los brasileños, quienes en una ráfaga de 3 minutos en el complemento se lo empataron y hasta tuvieron el triunfo servido. No obstante fueron los “Celestes” los que cantaron victoria en la última jugada del clásico con el tanto de Nicolás López, para lograr su primer triunfo del certamen, pasar a ser líderes de la zona y dejar a los cariocas esperando por su primer triunfo que aun no llegó.

Muchos goles, varias emociones, y dos sistemas muy diferentes que le terminó sonriendo a Uruguay. Y mucho tuvo que ver que los charrúas arrancaron ganando temprano, a los 6’, cuando a Diego Laxalt le quedó picando la pelota en el área y no perdonó. Es que la jugada nació de una contra luego que Ademilson definiera mal en el otro arco.

El gol le dio a Uruguay la chance de pensar mejor el partido y a Brasil a reaccionar rápidamente. Y en ese ida y vuelta fue el arquero verdeamerello Luiz Gustavo quien salvó en dos ocasiones a su selección. No obstante, Brasil manejaba la pelota, con mucho toque, pero las dos líneas de 4 del rival fueron impenetrables y debió recurrir al remate de larga distancia por medio de Mattheus.

Brasil no encontraba profundidad y encima a los 2’ del complemento Uruguay estampó el segundo con el penal convertido por Diego Rolan. Se hizo muy cuesta arriba para Brasil que pese a ello nunca bajó la intensidad de su juego, pero Uruguay defendía correctamente. Hasta que se equivocó y en 3’ se lo empataron. A los 25’ Doria la “peinó” ante la mala salida del arquero y llegando a los 27’, Marcos Julio estableció la igualdad en una jugada que nació de un lateral.

Lo que parecía imposible se dio. Y en ese envión fue Brasil el que pudo quedarse con todo a 8’ del final cuando Rodríguez remató, porque la pelota dio en el palo y el rebote lo favoreció a Marcos Julio, quien sólo y sin arquero, increíblemente la tiró afuera.

Brasil perdonó y cometió el peor de sus pecados, ya que el replegado Uruguay, quien con los cambios apostaba a que le quedara alguna oportunidad sabiendo su rival estaba volcado totalmente en ataque, le llegó en la última pelota de la noche en el estadio Del Bicentenario, fue a los 45’, con la definición cruzada de López en la única pelota que tocó tras una habilitación tan fantástica como los 3 puntos que Uruguay consiguió para quedarse con un clásico que realmente le costó conseguir.