Lejos de todo, rodeado de la majestuosidad de un valle cordillerano y abrigado por el verdadero sentimiento de amor por los colores del club, el Deportivo Barreal muestra cuál es el camino.

Con muchísimo sentimiento de pertenencia, con esa generosidad que engrandece cada gesto y apelando al ingenio, más que nunca lo tan mencionado como ‘el sacrificio colectivo’, hoy disfruta de pequeñas grandes obras que lo han reposicionado en la post pandemia como uno de los polos deportivos del sur de Calingasta. Sin dudas, una cantidad de acciones que bien valen la pena destacar.

La pintura total del club, remodelación de la cocina y deposito, construcción de cinco juegos de arcos con redes, la novedosa implementación de los portones de acceso al predio, remodelación del playón y la creación de murales que la dan otra impronta las instalaciones son los logros más recientes del querido Deportivo Barreal.

Avances significativos que lo mejor que encierran es la manera de concretarlos. Es que todo fue a pulmón, con ganas de crecer y animarse siempre a más, sabiendo que en clubes de este tipo sobra la pasión, aunque las carencias económicas siempre digan presente.

La primera aventura empezó con la presentación a los concursos de la Minera Pachón para poder tener arcos propios en la Escuelita de Fútbol de la institución. Se ganaron eso y luego de concretar los arquitos, quedó un remanente mínimo de dinero. Decidieron pintar todo y lógicamente, la plata no alcanzaba. Surgió la idea de la venta de pollos asados, para de esta forma generar recursos y encarar con ese grupo de 15 dirigentes full time la remodelación del club. Se enlucieron paredes, se pintó todo y para coronarlo, decidieron un mural que hoy es de lo más pintoresco en Barreal.

El profesor ‘Toti’ Suárez es el motor de todo esto y se llena de orgullo: “Empezamos con nada. Con arcos prestados que nos llevaron a concursar en Pachón para tener los propios. Quedó en evidencia que podíamos lograr lo que quisiéramos y nos decidimos. Se pinto todo, se hizo el acceso, se creo el mural y le metimos muchas ganas al playón. Queremos ahí potenciar la Escuelita de Básquetbol. Remodelar el playón, colocarle granito al otro y además, ilusionarnos con el techado. Eso sería genial. Es complejo pero podemos lograrlo. Ahora estamos postulando en la ‘Fundación de River Plate’ para conseguir algún respaldo y tenemos todo saneado desde lo administrativo para poder aspirar a ayudas oficiales. Ese sería un paso enorme para nosotros, pero sabemos que estamos por el camino correcto para las mejoras que necesita nuestro querido club”, puntualizó.

En Barreal, la Escuelita del Deportivo tiene 150 chicos y se le agregó ahora el grupo de la Escuelita de básquetbol, en una ‘novedad’ que también nucleará una importante cantidad de pibes.

Dos pilares de un club que necesita competencia para el crecimiento. Ya con la post pandemia encima, se reflotarán los encuentros que ya se hicieron con escuelitas del Gran San Juan pero ahora, el Deportivo tiene como recibirlos.

Eso es orgullo para su gente que desde la humildad, el sacrificio y el trabajo, demostraron que el amor por la camiseta siempre puede un poco más.

Divididos

El fútbol de Calingasta vive insólitamente una división entre los clubes de Calingasta y los de Barreal. Ambas vertientes han intentado transitar sus competencias paralelas pero sin el éxito que necesitan. Todo apunta a aunar esfuerzos en una Liga común para potenciarlos.