La contundencia con la que Evenepoel ganó la crono y la solidez con la que defendió su malla de líder, provocó, sin quererlo, que el resto de la carrera fuera un compromiso. Por lo que las distintas etapas tuvieron casi el mismo trámite. Un grupo de fugados que marca el camino con permiso de un pelotón que se dedica a rodar de manera cuidadosa para evitar accidentes y que se activa sobre el final, tirado por los equipos más poderosos que producida la neutralización se dedicaban a armar sus "trenes" para el remate con su hombre más veloz, como ocurrió ayer, en la Circunvalación.

En el primero de los nueve giros se escaparon ocho hombres: los italianos Andrea Garosio (Vini-Zabu) y Riccardo Marchesin (Amore e Vita), los estadounidenses Nathan Brown y Colin Joyce (Rally Cycling) y cuatro argentinos, Leonardo Rodríguez y Daniel Lucero (Mun. de Rawson) con Francisco Monte y Juan Ignacio Curuchet.

Detrás se armaron otros tres hombres, Leonardo Velárdez (Agrup. Virgen de Fátima), Amadid Castel (Selección de Panamá) y Alexey Limaya (Selección peruana).

La brecha con el pelotón donde viajaba el líder de la general llegó a los 3m05; los que fueron achicándose a medida que se acercaba el momento final, para quedar en el olvido al transitar la última parte de la etapa en la que se pusieron al frente el BORA, el Medellín y Cofidis. Y, cuando levantaron el embalaje Gaviria no perdonó, logrando su octava etapa en cuatro años.