Sandro Rosell presentó ayer su renuncia como presidente de Barcelona por razones personales, luego de que trascendiera una posible diferencia de 38 millones de euros en el pase del crack brasileño Neymar realizado en junio pasado.

“Desde hace tiempo mi familia y yo hemos sufrido amenazas y ataques que me han hecho pensar si debía seguir poniendo en peligro a mi familia. No quiero ataques que afecten al club y es por eso que he presentado mi dimisión a la presidencia del Barcelona de manera irrevocable”, expuso el dirigente en una conferencia de prensa brindada en el Camp Nou. El directivo catalán efectivizó su dimisión ante la Junta Directiva del club, convocada para una reunión extraordinaria ayer, después de que la justicia española haya aceptado una demanda en su contra para investigar su accionar en la negociación del millonario contrato del jugador paulista. El Barcelona oficializó que Neymar llegaba al club por un total de 57 millones de euros, aunque según una investigación publicada por el Diario El Mundo de aquel país y que se basa en datos que tiene la justicia, el total de la compra del crack brasilero ascendió a 95 millones, sumando las cláusulas de ‘confidencialidad’ que el club ni el jugador revelaron al momento de la transferencia.
Una de las cláusulas llamativas que contempla el acuerdo, según el diario catalán ‘El Periódico‘, es una en la que el futbolista acepta jugar donde le diga el entrenador a cambio de una determinada cantidad que ascendería a 2,5 millones de euros.

El presidente del Santos, Odilio Rodriguez Filho, ya advirtió que de confirmarse que el Barcelona pagó 38 millones más por el fichaje de Neymar, exigiría la parte que le corresponde al club brasileño.
La salida de Rosell del Barcelona coincide con un momento político especial de tensión, marcado por la pretensión de Cataluña de celebrar un referéndum para separarse de España.