El seleccionado argentino de básquetbol desarrolló ayer su primera práctica en territorio británico, en el marco de una jornada atípica, que comenzó con controles antidoping sorpresa que les efectuaron a Emanuel Ginóbili y Luis Scola.

El plantel llegó en la noche del miércoles a Londres, procedente de Barcelona. Por tal motivo, quizás, el entrenador Lamas y su cuerpo técnico pautaron la práctica para el horario vespertino, que se hizo bajo total hermetismo.

Se suponía que los jugadores debían descansar y en eso andaban Scola y Ginóbili, en una de las habitaciones de los siete pisos del edificio que ocupa la Argentina, junto a las delegaciones de Panamá y Arabia Saudita.

De acuerdo a lo relatado por el astro de los San Antonio Spurs en su sitio de internet, cerca de las 7.15 hora local, una persona tocó a la habitación y "un insistente golpe de puerta" los despertó.

"Pienso que nos quedamos dormidos, luego que se está derrumbando la villa y hay que evacuar, pero después escucho ese acento inglés tan particular que le pide a Luis (Scola) su credencial", prosiguió "Manu".

Acto seguido, el nuevo jugador de los Phoenix Suns fue conducido a un laboratorio por decisión del Comité Organizador para someterse a un control antidoping. Pero lo mismo ocurrió con Ginóbili, cuando el reloj se aproximaba a las 8.00 de una soleada mañana londinense.

"Miro otra vez el reloj. 7.50hs. Pienso en lo dulces que serían las próximas dos o tal vez tres horas de sueño cuando, de nuevo, escucho un golpe insistente de puerta", relató el zurdo bahiense.

"Abro y veo a otro sonriente colaborador diciéndome que es del control antidoping. Viene a buscar a otro del equipo. Cuando me pide la credencial me hace dudar, pero claro, son ingleses y el basquet no es su deporte", contó.

"Le pregunto a quién busca, pero insiste en pedirme la identificación olímpica, pienso inmediatamente que "estoy al horno". Al mostrársela escucho la frase que definitivamente no quería escuchar habiendo vaciado completamente mi vejiga dos minutos antes: "Señor, me tiene que acompañar", apuntó.

"Dos horas y dos litros de agua después, sigo en la salita junto a dos coreanas, dos ecuatorianos, tres chinos, dos rusos, dos mongoles y sin ganas de hacer lo que me piden que haga", continuó.

"Todo sea por un deporte limpio, sin trampas. Pero la próxima vez… ! A las 10 de la mañana, muchachos! Jeje", concluyó Ginóbili, con una humorada.