Por poco. Sand no puede sobrepasar la doble marca de los jugadores de Gremio. El equipo brasileño consiguió marcar la diferencia cerca del final. Pero, como es mínima, el Granate sigue con firmes chances de lograr el título.

Porto Alegre, Télam

Lanús se quedó con el sabor amargo de la derrota por 1 a 0 ante Gremio, en Porto Alegre, en la primera final de la Copa Libertadores, pero por el juego observado, sus opciones de consagrarse campeón el próximo miércoles en La Fortaleza Granate siguen siendo muy altas (en la final el gol de visitante no tiene doble validez).

Lanús se manejó desde el primer minuto hasta el último, no solamente practicando el juego que lo trajo hasta esta final, sino con todos los movimientos del rival aprendidos minuciosamente.

Por eso, más allá de defenderse con la pelota, dispuesto a no cometer los mismos errores que en los partidos como visitante frente a San Lorenzo y River en las rondas previas, cuando se metió tan atrás que terminó perdiendo y dejando feas imágenes, esta vez Lanús salió a imponer lo suyo, y lo consiguió en gran parte.

Claro que para ello necesitó que Acosta bajara con Ramiro y el uruguayo Silva hiciera lo propio con Fernandinho.

Con esto el visitante bloqueó los costados del ataque de los anfitriones y evitó que su última línea pasara sobresaltos, mientras que en el ataque funcionaba el tándem José Luis Gómez-Silva por derecha, que terminaban en algunos centros que generaban peligro, como por ejemplo un gran cabezazo de Diego Braghieri (le sacaron la tercera tarjeta amarilla y se perderá la revancha) que salvó Marcelo Grohe.

En el segundo tiempo Gremio salió más decidido al ataque y Lanús ya no exigió tanto al arquero local, a la postre la figura del encuentro, como lo había hecho en el período inicial.

Tristeza. Los jugadores de Lanús se retiran tras la derrota en suelo brasileño. Ahora están obligados a ganar en la Fortaleza pero no es un imposible.

Sin embargo Lanús nunca arrió sus banderas y no parecía que el cero en su arco corriera riesgo a menos que se cometiera algún error, y esa falla llegó recién a los 37" con una pelota frontal que encontró al paraguayo Rolando García Guerreño y a Braghieri adelantados, permitiéndole al ingresado Cícero Santos ganarles la espalda y rematar de aire, ingresando al área chica, para marcar la victoria Gaúcha.

A partir de allí se fueron sucediendo los arremolinamientos de los futbolistas, impulsados por el muy deficiente arbitraje del chileno Julio Bascuñán. Sobre el final García Guerreño le cometió un claro penal a Cícero y Bascuñán ignoró, "muñequeando" el final de un partido en que el VAR estuvo de muestra, ya que nunca se recurrió a él cuando lo ameritaba.

La bronca del defensor Braghieri

Diego Braghieri, de Lanús, confió en que sus compañeros darán vuelta la final contra Gremio. El defensor central resultó amonestado en la última jugada del partido y alcanzó la tercera en su haber, por lo que se perderá el miércoles el desquite.

"Confío que los chicos lo van a dar vuelta en casa. En el primer tiempo lo manejamos, tuvimos situaciones, pero en el segundo se nos vinieron y nos metieron un gol. Estoy tranquilo, dimos vuelta resultados peores, y estoy confiado. Tengo bronca, me da calentura que me amonesten en la última. No tiene palabras perderme la final de vuelta", comentó.