En la primera práctica que realizó ayer la Selección Argentina, a Sergio Romero se le trabó la rodilla cuando fue a patear una pelota. Al principio, creyó que no era nada grave. Pero a las 16, en el entrenamiento vespertino, no pudo entrenar por el dolor y decidió realizarse una resonancia magnética. Allí no se vio rotura de ligamentos ni meniscos, pero se observó "una pequeña piedrita", que no le permitía flexionar la rodilla. Por lo tanto, debían hacerle una artroscopía.

Con los resultados de la resonancia, Jorge Sampaoli debía tomar una decisión. Había dos opciones:

1- Operarse a disposición de Manchester United, tomarse sus vacaciones y hacerlo cuando el club le diga o cuando le diga.

2- Operarse rápido y ponerse cuanto antes a disposición del cuerpo técnico de la Selección Argentina.

Ante este panorama, Chiquito pensaba en operarse y creía que en dos semanas, o más tardar tres, iba a estar trabajando con normalidad. Pero el entrenador le dijo que necesitaba "un jugador sano" y por eso iba a tomar la decisión de desafectarlo. Así, Chiquito no tuvo opción y debió retirarse del predio.

Por otro lado, tras su descargo en las redes sociales, Eliana Guercio, la esposa de Sergio Romero, detalló la charla que su esposo tuvo con el entrenador de arqueros de la Selección Argentina en el momento en que sintió la molestia en la rodilla que lo terminó marginando del Mundial de Rusia 2018.

“Romero pateó una pelota y ese pedacito de cartílago se le metió en la articulación y le trabó la rodilla. Pensó que no era nada y siguió. Se le volvió a trabar y le dijo al entrenador de arqueros que no podía seguir y que no sabía que le pasaba. Entonces le hicieron una resonancia magnética y constataron que no tenía nada roto, pero se le volvió a trabar la rodilla ahí mismo”, declaró Guercio en una comunicación telefónica con “Los ángeles de la mañana”.