El clásico es ese partido aparte en el que lo único que cuenta es ganarlo. Pero el de esta noche tiene otros condimentos que lo hacen muy especial y diferente a los 43 anteriores que disputaron San Martín y Godoy Cruz (con 17 victorias verdinegras, 13 derrotas y 13 empates). Porque desde las 21.15, en Mendoza, todo un semestre se puede ratificar u olvidar en 90 minutos para ambos. El Tomba marcha segundo en las posiciones y sólo le sirve el triunfo para seguir con chance de alcanzar al líder Boca. Mientras que el Verdinegro, que en Primera División nunca ganó en la provincia vecina, se juega su último gran objetivo que es quedarse con el clásico cuyano.

 

"Hay mucho en juego y vamos a hacer hasta lo imposible para llevarnos los tres puntos."

GASTÓN COYETTE – DT de San Martín

Los separan 17 puntos, campañas opuestas, con el Tomba con un enorme poder de gol y San Martín complicado con el promedio para el próximo certamen. Pero todo eso quedará de lado cuando el árbitro Germán Delfino pite el inicio del partido en el estadio Malvinas Argentinas, por la 25ta fecha y antepenúltima de la Superliga.

Godoy Cruz ganó 10 de los 11 encuentros que disputó de local en esta Superliga y sólo Racing lo derrotó. Se hace fuerte en el Malvinas demostrando un juego colectivo y una efectividad increíble para una enorme realidad que vive el plantel de Dabove.

 

"Es el momento para ponerle la frutilla al postre a un gran semestre ante el rival de toda la vida". DIEGO DABOVE – DT de Godoy Cruz

En San Martín, el semestre fue muy diferente a lo apuntado luego del auspicioso cierre de año, porque no le pudo dar continuidad, cambió técnico y el sueño de la Copa Sudamericana se diluyó. Por eso, y como adelantaron sus jugadores, vencer al Tomba es el principal objetivo.

En lo futbolístico, Gastón Coyette varió nombres y sistema tras el 1-1 con Lanús. Sacó dos delanteros (Magnín y Barcelo) para apostar a la recuperación y control del balón con los volantes Fissore y Carabajal, y dejar sólo a Spinelli en el ataque.

Realidades opuestas, con un único fin, ganar el derby porque hoy se juegan más que un clásico.