Un factor determinante para que Huracán y River brindaran un partido de bajo nivel futbolístico fue el pésimo estado del campo de juego del Palacio Tomás A. Duco. Desde hace exactamente un año, cuando la banda de rock La Renga brindó una serie de seis recitales, el césped quedó en muy mal estado y nunca lo lograron recuperar ni ponerlo en mínimas condiciones para que se disputasen partidos oficiales.

La explicación que dan algunos dirigentes quemeros es que una vez desarmadas las monturas del escenarios y las torres de sonidos, se descubrieron hoyos de hasta cinco centímetros por todo el campo de juego.

Uno de los sectores mas desmejorado es el área del arco que da a la cabecera local, donde se ubicó la estructura principal del escenario. Justamente ese sector, estuvo en el centro de la polémica tras un gol anulado por un supuesta falta de Lucas Gamba contra Pinola, a quien la pelota le picó mal y en el intento de querer cubrirla se resbala. Para el árbitro Loustau hubo falta del delantero del Globo.