Palabra autorizada. El volante central Leonardo Ponzio es clave para analizar las expectativas previas al superclásico. El capitán disputará su decimosexto encuentro ante Boca y es el único jugador que estuvo presente en el clásico que terminó con incidentes hace dos años.
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El mediocampista y capitán de River Plate, Leonardo Ponzio, asumió ayer que su equipo se juega ‘mucho‘ en su visita al líder Boca Juniors, el domingo, y que un eventual triunfo en La Bombonera ‘puede darle vida a muchos otros equipos’ en la pelea por el campeonato.


“A nosotros, a pesar del partido menos que tenemos (vs. Atlético Tucumán), nos va a marcar para seguir peleando ahí arriba. Es una gran oportunidad para poder descontarles puntos”, opinó Ponzio. En cuanto a sus vivencias personales, el capitán rescató: “Se sienten los nervios, y está bueno porque quiere decir que uno está presente y va a ser un partido distinto al resto porque hay muchos condimentos que te hacen sentir”.


Del plantel “millonario” actual, Ponzio es el que más clásicos oficiales jugó y sumará 16 el domingo. Además, fue uno de los jugadores agredidos con gas pimienta en el partido de 2015 por Copa Libertadores y al respecto pidió: “Ojalá sea una fiesta y se pueda ver un buen partido de fútbol”.


Sobre el planteo del partido, destacó: “Nosotros tenemos que tener la pelota, con ese libreto estamos consiguiendo resultados y ojalá salga bien”.


“Ellos intentan jugar, nosotros también, el rival hará lo suyo, tiene jugadores importantes y desequilibrantes que intentaremos neutralizar. Acá no hay favoritos porque son dos equipos que juegan bien”, admitió.


A ser consultado sobre los objetivos que se planteó el equipo, Ponzio expresó: “El objetivo era poder llegar a los puestos de Libertadores y pelear el torneo, ya dimos pasos importantes”.

Campaña por un superclásico “sin violencia”

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Los futbolistas de Boca y River Frank Fabra y Tomás Andrade visitaron ayer “Ciudad Oculta” en el barrio porteño de Villa Lugano, y pidieron por un superclásico ‘sin violencia‘, al reivindicar la campaña “Somos rivales no enemigos”. El evento sirvió para juntar fondos para la construcción de una escuela en el lugar. Fabra pidió por un fútbol sin violencia, después de haber sido blanco de insultos racistas durante el partido frente a Estudiantes. Andrade destacó que “el superclásico es un partido de fútbol y queda todo ahí, fuera del campo somos todos amigos”, remarcó.