Nadie escapará al control de la temperatura, el test rápido y el aislamiento en boxes y dentro del predio del autódromo El Villicum-San Juan. En las casi siete horas que durará "la aventura" de montar el ciclismo en tiempos de pandemia de coronavirus. Sí, siete horas, incluyendo en ese total las cuatro previas de ingreso a la "burbuja sanitaria" y las dos y chirolas de competencia, más algunos minutos de post carrera. En todo ese tiempo, que, con la ayuda del sol se tornará tedioso, hay lugar para 106 elegidos. Los ciclistas.

El pelotón de 212 "macucas", como decía el fallecido, pero siempre recordado relator radial Américo Vargas, serán los únicos privilegiados. ¿Por qué? Muy simple, tendrán la oportunidad de zafar de barbijos asfixiantes y miradas acusadoras si se reúnen a hablar con este o aquel. Los pedalistas vivirán el momento que esperaban. Correrán a partir de las 16 horas por el billar que tiene como asfalto el autódromo albardonero. Inflarán sus pulmones con el aire libre y disfrutarán sufrir si tienen que perseguir para alcanzar por una inoportuna pinchadura o una impensada rodada. Alcanzarán el clímax de placer redondeado de un pedaleo exigente, de competencia, esa que no tienen desde hace ocho meses porque el coronavirus obligó la suspensión de la temporada rutera anterior y no dejó que se corra la pista invernal.

La competencia se largará a las 16 horas y se emitirá por el canal de Youtube del Gobierno.

Hoy, en un escenario para albergar deportes con movilidades motorizadas con varios caballos de fuerza de potencia, un racimo de hombres, impulsarán sus "caballitos de fibra de carbono" con el motor de su corazón generoso. Ese que no sabe de sábados y domingos, de frío, calor. El que llueva, truene o granice empuja a las piernas para devorar kilómetros. En esta ocasión serán 24 giros al trazado de 4.266 metros, para completar 102,384 kilómetros. Habrá pasadas especiales cada cinco giros con el afán de otorgarle mayor emoción a una prueba, que por ser en un trazado plano se presume una llegada en grupo masivo y sin mayores alternativas. Los premios intermedios invitan a que los menos fuertes, los que cuentan con menos chances de ganar la carrera, puedan tener una alegría, chiquita, pero alegría al fin y lleve algunos pesos a la bolsa de su escuadra.

Será la primera carrera para todos. Se supone que los conjuntos continentales, que tienen mayor estructura y poderío económico, son los que pelearán la victoria. Pero, carreras son carreras, y después de un parate tan largo, hay lugar para algún batacazo.

Afuera del circuito todo será controlado minuciosamente. Dentro de la cuerda los ciclistas experimentaran una realidad, que en estos tiempos es de otro mundo. Ese que compartíamos todos hasta mediados de marzo pasado.

  • Control sanitario

Los ciclistas debieron presentar un certificado de PCR negativo para ser inscriptos y los demás integrantes de la troupe que mueve el ciclismo rutero, donde se incluyen técnicos y auxiliares de equipos, autoridades deportivas y equipos de medios de prensa tendrán que cumplir con un protocolo con diferenciados horarios de ingreso al predio, controles rápidos -que de ser negativos los habilitará para cumplir su función- y respetar medidas de distanciamiento social. A quienes el control rápido les de positivo, se los aislará en un box, se les realizará un PCR y deberán aislarse en sus domicilios. Quienes arriben fuera de horario y no se realicen el testeo, no podrán ingresar a la "burbuja sanitaria" diseñada por los organizadores.

Sumados

22  Es el número de ciclistas de categoría Sub-23 e igual cantidad de Juniors que largarán la carrera.