Las estadísticas están hechas para romperlas, y San Martín lo entendió. Tras quince temporadas en la B Nacional, ayer le pudo ganar a Belgrano por 3-1 en su cancha y empezar a escribir otra historia. Fue un triunfazo, de ésos que se cotizan en alza en el futuro. Victoria sólida, y no por derrochar fútbol, sino por emplear al pie de la letra lo programado entre semana. Cuidarse, hacerse fuerte con dos líneas de cuatro y apostar a la contra. Así llegó el triunfo, en la primera incursión de visitante (fue la segunda fecha del torneo), para corroborar que Hrabina y sus dirigidos, sintonizan el mismo dial.
Con un primer tiempo excepcional en cuanto al diagrama, donde terminó arriba por un gol, y un complemento donde perdió en el mano a mano, pero tuvo la cabeza fría para esperar y rematarlo con un 3-1 abultado.
Desde el inicio, el Verdinegro se mostró firme, sólido y cerrado en el fondo. Con una línea de cuatro que se hizo impenetrable y mostró mezcla de altura con fortaleza. Allí estuvo la base del triunfo, acompañada por el trabajo incansable de Torresi y Gallardo. El resto, y por el planteo de San Martín, tuvo poco contacto fluido con la pelota.
Con esa idea lo esperó al Pirata, que no tenía forma de llegar a Pocrnjic. Fue recién a los 22′, que César Pereyra mandó el centro que conectó Bustos, y González sacó la pelota en la línea.
El agobio había sido incesante y el respiro cayó a los 24′, tras el centro que Sánchez no pudo conectar, pero que en el rebote Mármol fusiló el arco local y abrió el marcador. Luego San Martín se soltó y González empezó a proyectarse, mientras que Pereyra y Becerra entraron más en contacto con el balón.
El segundo parcial fue sudar la gota gorda y aguantar. Belgrano entró con mayor decisión y se hizo más ofensivo. San Martín se defendió sin la pelota y apareció en acción Pocrnjic, para sacarle tres tiros libres a Móvil y un disparo a quemarropa a Soriano.
Todo el juego se desarrollaba en campo verdinegro. Hasta que la contra salió y Belforte que recién ingresaba, remató desde 40 metros y estampó el segundo grito. El de la tranquilidad. Pero no era todo, porque a los 41′, Penco lo apuró a Maidana, le ganó y definió a tres dedos para cerrar el partido, más allá del descuento de Chavarría, que de nada sirvió, puesto que el destino y la historia, volvieron a foja cero y San Martín quebró la historia en la Docta.