Buenos Aires, 25 de marzo.- El entrenador de River, Leonardo Astrada, se llamó a silencio antes de la continuación del superclásico de hoy, porque sabe que la suspensión lo terminó favoreciendo al darle tiempo y sumar trabajo con los titulares. Además, en Boca se lesionó Hugo Ibarra.

En el fútbol a veces dicen presentes imponderables y los mismos pueden terminar definiendo la suerte de muchos partidos.

Y en la previa a la continuidad del superclásico, luego de la suspensión del superclásico del domingo pasado por el mal estado del campo de juego en La Bombonera, favorecieron claramente los planes de Astrada, aunque esto no sea un dato más que puede llegar a perder sentido si el jueves Boca convierte un gol en el inicio del cotejo.

Pero la primera noticia positiva para River pasó por el hecho de que tenía en el equipo dos jugadores titulares cuyo estado físico y falta de minutos de fútbol eran notorios, que son los casos de Gustavo Cabral y Matías Almeyda.

Cabral jugó su último partido oficial en primera en diciembre pasado y Astrada decidió que retorne justo en este superclásico ante Boca.

Y en la semana previa al partido del domingo pasado, el ex defensor de Racing recién apareció entre los titulares el viernes, realizando ese día la única práctica de fútbol formal junto a Alexis Ferrero, su compañero de zaga.

La suspensión del superclásico le permitió a Astrada trabajar más a la dupla central, que entrenó a puertas cerradas dede el lunes hasta ayer miércoles.

Pero también a Astrada le sirvieron estos días para darle más entrenamientos a Almeyda quien vuelve después de tres semanas en la posición de volante por derecha.

Y como si fuera poco, la lesión de Ibarra también le abrió otro abanico de posibilidades al técnico de River, en una situación que puede llegar a ser clave en el superclásico.

Astrada decidió ubicar como volante por izquierda a Rodrigo Rojas por sus características ofensivas y así cubrir las subidas de Ibarra. En esta oportunidad, Rojas tendrá más libertad y Ezequiel Muñoz pasará poco al ataque.

También fue una ventaja para River trabajar con la tranquilidad con la que lo hizo durante estos días. A Astrada no le quedaron dudas de que los jugadores que hoy saldrán a la cancha serán los mismos que empezaron el partido del domingo.

Este jueves en La Bombonera será la hora de la verdad y habrá que ver si River puede hacer pesar en la cancha xeneize las ventajas que tuvo en la previa.