Único. Pasaron nueve meses de la última presentación del Turismo Carretera en San Juan y el público nuevamente asistió en masa, incluso superando la convocatoria de noviembre. El Villicum lució a pleno ante los ojos de todo el país.

Magnífico. Esa palabra es la precisa para describir el marco de público que se dio cita ayer en el Circuito San Juan-Villicum para vivir el "Desafío de las Estrellas". El Turismo Carretera volvió a San Juan luego de nueve meses y la convocatoria fue superada ampliamente. Según cifras otorgadas por el Gobierno provincial, 65 mil personas asistieron ayer al trazado albardonero. Y eso era de esperarse. Sabiendo que la zona de boxes había agotado sus entradas con varios días de anticipación, el público arrasó con los tickets y las tribunas ayer lucieron abarrotadas. Muchos se apostaron desde el sábado, aunque la mayoría llegó ayer bien temprano para encontrar la mejor ubicación. La organización acertó notablemente en extender el sector apto para asados y los fanáticos lo aprovecharon. Además, debido a que en noviembre se registraron destrozos en los sanitarios de la zona de acampe, esta vez la organización decidió cerrarlos durante la noche para evitar inconvenientes. 

Fanatismo. El clima ayudó para que las tribunas lucieran colmadas. Los fanáticos se apostaron con las banderas alentando a cada una de las marcas.
Una marea. Previo a largar la carrera, el público se apostó alrededor de los vehículos. Allí el ruido de todos los motores se hizo ensordecedor.

La zona de boxes y el paddock fueron un lugar de privilegio para los fierreros. Allí hubo contacto directo con los pilotos para las fotos y los saludos. En el momento previo a largar la final, los fanáticos armaron un pasillo para que los vehículos salieran a la pista ante el grito de la multitud. Párrafo aparte para Della Motta que causó el delirio de los sanjuaninos antes, durante e incluso después de la competencia.