Quedaba el último minuto de los 4 que había adicionado el árbitro. Paso se defendía con lo que le quedaba, ya no tenía resto físico, había aguantado la victoria todo el segundo tiempo con dos jugadores menos. Los hinchas del Decano ya festejaban, pero en la última jugada cambió la historia. Centro de Méndez, el arquero Luna sale mal y el defensor Frías, que se mandó al ataque, metió la cabeza para darle valor al sacrificio hecho durante todo el partido, para lograr un empate merecido y desahogar el grito atragantado. De esta manera en la primera fecha del Torneo de Campeones Paso De Los Andes igualó en su cancha 1-1 con Sarmiento de Media Agua.
El comienzo fue rudo, con piernas fuertes, típico de un partido departamental. En ese contexto Paso tomó la iniciativa con Bolado, quien manejaba los hilos, Sarmiento salió a esperar. Los centros y pelotas paradas fueron las armas del local, que casi abre la tarde con un cabezazo de Tapia, que salió besando el palo. En la jugada siguiente, Sibona intentó una tijera a medias, la pelota dio en la mano de Matos en el área y González no dudó en pitar penal para Paso. Cuello fue el encargado de poner adelante el equipo albardonero. De ahí en más fue todo de el equipo mediagüino, que siempre intentó jugar por abajo, eso lo hizo protagonista. Es más tuvo tres jugadas claras. La primera fue una cabezazo de Sánchez, que pasó cerca, después un tiro libre del Bocha Galletti, que rozó el parante izquierdo y la última fue remate de Alvarez, que iba con destino de gol, pero en el camino rebotó en un defensor.
En el arranque del segundo tiempo llegaron temprano los problemas para Paso, porque en cuatro minutos se fueron expulsados por jugada brusca Leiva y Núñez. Ahí se armó otro partido, el Decano se metió atrás y dejó un delantero, Sibona. Sarmiento adelantó las líneas y lo buscó por todos lados. La pelota vivía en el área albardonera, nadie la podía tener, la defensa aguantaba como podía, casi sin físico pero de pie. Parecía que las esperanzas de la visita de iban, quedaba sólo un minuto. Pero no está muerto quien pelea, dicen, y Sarmiento nunca bajó los brazos y por eso encontró un gol merecido con un cabezazo de Frías de espaldas al arco y ante una mala salida del arquero Luna, que salió a cazar mariposas. Silencio por un lado y delirio por el otro.