La 85° edición de la clásica Mendoza-San Juan, que se disputará el próximo domingo, no unirá las capitales de las dos provincias. Las obras en la Ruta 40, especialmente en los tramos mendocinos entre Lavalle y el Borbollón -ocho cortes con sus respectivos desvíos en total- motivaron que las autoridades del Club Ciclista Independiente haya diagramado un recorrido, con una distancia aproximada, que recorrerá parte del trayecto original, pero que llevará al pelotón hasta el control fitosanitario de San Carlos, donde se girará en "U" para retornar por la misma ruta, hasta ingresar a Pocito, lugar donde luego de realizar un giro y fracción a un circuito por calles pocitanas, culminará en el corazón de la Villa Aberastain, por calle Aberastain en la intersección con calle Vidart.

No es la primera vez que la carrera tendrá un trazado que no superará el límite entre las dos provincias. En esta ocasión, "razones de fuerza mayor" motivaron la variante.

Se largará en la puerta de la Legislatura, irá hasta el límite y terminará con un circuito en Pocito.

La Mendoza-San Juan, juntamente con la Doble Media Agua, Doble Calingasta y Doble Difunta Correa, integra el cuadro de las cuatro competencias más tradicionales del ciclismo sanjuanino. Desde el año pasado, con 50 ediciones, la Doble Chepes, por peso propio, se metió en ese círculo privilegiado. Es una carrera que algunos grandes del ciclismo sanjuanino no la tienen en su palmarés, el motivo, adujo alguna vez Oscar Villalobo, quien es uno de ellos, es que es una carrera muy dura. "Parece que no, porque es todo plano, pero al ser en ruta abierta, se complica", expresó.

En esta ocasión, como culmina en un circuito, aumentan las posibilidades de una llegada masiva, como la del año pasado (ver foto) donde Mauro Richeze venció por el canto de una uña a Leonardo Cobarrubia. Por lo que la emoción está garantizada.