A priori y siempre dejando el margen de que puede haber un "error" en esta predicción, la tercera etapa de la Vuelta 2023 es de aquellas que se consideran de transición: es decir, que "teóricamente" no deben afectar la clasificación general.
Esto se basa en la topografía del recorrido y cómo afrontarán los equipos más poderosos el transitar de la misma, que tendrá una extensión apenas superior a los 170 kilómetros, es decir menor a la disputada el lunes y también la que vendrá mañana, en ambos casos por encima de los 190.
El parcial se muestra con mayoría de terreno llano, algunos falsos planos, pero ningún ascenso importante porque el promontorio del Cerrillo Barboza es considerado de tercera categoría, y sus 596 metros sobre el nivel del mar no significan ninguna complicación para la mayoría de los pedalistas.
Como es la antesala del primer reto a la montaña, tendrá características similares a las dos primeras, se puede programar sin temor al fallo que comprenderá una fuga del día controlada por el pelotón, y un posible embalaje masivo.
¿La incógnita dónde puede aparecer? En que culmina en el Autódromo de Villicum, y allí, de una veintena de carreras, sólo un par se definió en sprints de más de una veintena de ciclistas. Entonces, habrá que esperar los metros finales para saber y confirmar si la tendencia se confirma o más bien existe un "batacazo".

