Bélgica cerró su participación en el tercer lugar del Mundial de Rusia. La medalla de bronce coronó la notable producción del equipo más goleador del certamen con los intérpretes más codiciados del planeta. El plantel más caro de la competición estuvo a la altura de las circunstancias y las potencias de Europa posaron sus ojos en las figuras de los Diablos Rojos.

Thibaut Courtois, el arquero que demostró seguridad, solvencia y resistencia en la valla, dejará el Chelsea en el próximo mercado de pases. Con sus 26 años el ex Colchonero podría volver a Madrid, pero al Santiago Bernabéu. Según Het Laastle Nieuws la operación se cerraría a cambio de 40 millones de euros.

La otra figura que podría dejar el club londinense es Eden Hazard. El astro y capitán belga dijo públicamente que "es hora de cambiar de aire", y en un intercambio que tuvo con la prensa a través de las redes sociales dejó en claro que su futuro podría seguir en la Liga de España. Si bien los deseos del Barcelona se hicieron concretos con un sondeo, el Duque acompañaría a Courtois a la Casa Blanca. Uno de los refuerzos para compensar la salida de ambos, sería la de Thomas Meunier, quien dejaría el PSG para ponerse la camiseta del Chelsea.

World Cup - Third Place Play Off - Belgium v England

El volante del West Bromwich, Nacer Chadli, es otro de los que recibió varias ofertas para continuar su carrera en un club diferente. Tanto el Besiktas de Turquía como el Lyon de Francia expusieron las intenciones de contratar al mediocampista con pasado en el fútbol holandés.

La contracara es lo que ocurre en Manchester, donde no tienen pensado transferir a sus jugadores. En el City la continuidad de Kevin De Bruyne es una garantía, mientras que en el United ya comenzaron las negociaciones para renovar los contratos de Lukaku y Fellaini.

Finalmente, Moussa Sidi Yaya Dembélé, quien brilla en el Tottenham estaría dispuesto a viajar a Italia para incorporarse al Inter de Milán. Sin dudas, las estrellas brillaron en Rusia y encandilaron a las potencias de Europa. La vidriera del Mundial sirvió para mostrar la mejor versión de un equipo que ahora sueña con la Eurocopa del 2020.