Argentina dio ese primer paso clave en un mundial de hockey sobre patines ganando mucho más que tres puntos. No sólo que superó a un duro rival y los nervios del debut, sino también a todos esos inconvenientes que se le fueron acumulando en la previa , que impiden llegar en condiciones óptimas al primer encuentro. Incluso ayer mismo Pablo Alvarez recién pudo jugar en el complemento por un problema de documentación y Chile terminó protestando formalmente su inclusión (ver aparte).
Argentina ganó 4 a 1, en un resultado que no refleja el esfuerzo que tuvo que hacer el equipo de Martinazzo para doblegar a un Chile que se cerró en la marca y produjo más de un dolor de cabeza. Fueron seis segundos que definieron gran parte del rumbo del partido. Marchaba el minuto 17 del primer tiempo y Argentina no la pasaba bien. Igualaba 1-1 y el rival tenía un segundo penal a su favor. Nicolás Sánchez, el autor del empate chileno, sacó un remate rasante y Daniel Kenan cortó el disparo primero y llegó antes que el jugador chileno a la bocha que había quedado casi quieta a mitad de camino de los dos rivales. Argentina tuvo el campo limpio para emprender un veloz contragolpe y Lucas Ordoñez, quien había logrado la apertura del marcador, remató al arco, el arquero chileno Rodrigo Rodríguez lo logró contener, pero Emanuel García pescó solo el rebote y puso el 2 a 1 para la albiceleste. Esos 6 segundos valieron para que se produzca un golpe anímico que luego supo administrar a su favor la albiceleste.
Con Alvarez sin poder jugar desde el arranque, Martinazzo dispuso que jugara desde el comienzo Lucas Ordóñez. También decidió el ingreso de los dos García y Abalos, pensando en el remate externo.
Chile desde el comienzo demostró que iba a ser difícil. Defensa bien cerrada, mucha entrega y apuesta a una contra le valieron para que en la pista se viera paridad de fuerzas. Incluso Argentina le ayudó un poco porque hubo imprecisión en algunos pases. Pero repentinamente, pasados los 5 minutos, apareció la capacidad goleadora de Ordóñez, quien abrió el marcador. ¿Era el gol que `soltaba’ a los argentinos? Para nada. Es más, el ingreso de un `atrevido’ en Chile, como lo fue Nicolás Fernández, haría que la tensión no se disipara. Chile contó con un penal que Kenan paró a Salgado. En el minuto 14, Fernández hizo una de lujo: le robó la bocha a Abalos, superó la marca del capitán Velázquez y le cambió justo de palo a Kenan.
La Roja volvía a tener el partido en el lugar que quería y podía seguir con su plan original. Y cuando tuvo otro penal a su favor y ya aparecían nubarrones en el horizonte argentino, llegaron esos 6 segundos que cambiaron el panorama.
Chile sintió el golpe del casi 2-1 a estar 1-2 y el juego se fue tornando cada vez más friccionado. Así fue que al cierre del primer tiempo Velázquez veía la segunda amarilla.
En el complemento, Argentina comenzó con Abalos, Nicolía, Reinaldo y Alvarez. Pero Reinaldo tuvo que dejar la cancha 2 minutos después, al recibir la segunda amarilla y en su lugar ingresó Pablo Martín. La bocha estuvo casi siempre en poder argentino, pero reaparecieron las imprecisiones que permitían contragolpes de los trasandinos. Igual, el equipo no se desesperó buscando otro gol. Y aseguró la victoria en poco más de un minuto. A los 12, Alvarez se cerró para dejarle el campo abierto a Abalos, que estampó el 3-1. Un minuto después Martín habilitó muy bien al mendocino, que puso cifras definitivas. La victoria era argentina y todos los nervios, superados. Adentro de la cancha, la selección sí empezó como quería.

