Peñarol 2019. Un equipo que mantuvo la base y potenció a jugadores para terminar armando un equipo convencido y sólido de sus pretensiones.


Dieciséis partidos, dos derrotas. Una campaña de menor a mayor que terminó coronando la continuidad de un proyecto que Peñarol estuvo cerca de conquistar en 2018 cuando el poderío de Camioneros lo dejó sin Federal A. Pero el presidente Oscar Cuevas redobló la apuesta y mantuvo la base. Siguió Bove, se reforzó el plantel con mucho oficio en nombres de jugadores con pasado en Federal A como Rebeco, Arturia, Costi, los dos Fernández, Ceballos. Había material, sobraba memoria y actitud de cómo jugar un torneo corto, caro y muy riesgoso. El Regional Federal apenas entregaba 4 ascensos en más de 270 equipos en competencia. Y el primer paso fue avanzar en la fase Inicial. dentro de la Zona 6 junto a Alianza, Del Bono y Colón Junior. Ganó 4 de los 6, empató 1 y perdió el restante. Así, terminó primero y ahí, empezaron las suspicacias. Ese manto de sospecha que en algún instante amagó con opacar este enorme esfuerzo del Bohemio.

En el primer mano a mano, contra Defensores de Boca, la ida no se jugó y en la revancha, fue triunfo de Peñarol. Muchos atacaron a Peñarol sin saber que el informe de los árbitros mendocinos del partido de ida fue crucial. Luego llegó el mano a mano contra Colón, que ya lo había vencido en la fase clasificatoria. Fue empate en la ida y un vendaval Bohemio en la revancha. Ahí, Peñarol ya estaba para otra cosa. Creció en todo.

Llegó el primer gran escándalo vestido con la camiseta de Sporting Victoria de San Luis. En Chimbas, fue paliza futbolística en Chimbas con una goleada absolutamente justificada pero que generó para la revancha un microclima violento. En el partido de vuelta, Victoria consumó una emboscada que derivó hasta en su desafiliación. Y ahí saltó el malintencionado favoritismo de Peñarol en AFA. Videos, posteos. Todo sirvió para empañar la campaña sanjuanina. Y llegó el cruce con San Martín de Mendoza. Un clásico San Juan-Mendoza que en la ida, con el triunfo del Chacarero, empezó a engendrar otro escándalo. Una maniobra mediática que atacó a Biasotti y predispuso a todo San Martín para la revancha, terminó en bochorno. Peñarol le ganó 3-0 en San Juan pero el partido no terminó, incluyendo hasta golpes al árbitro de ese cotejo. Terminó todo en el Consejo Federal recién pero Peñarol era finalista por el Ascenso 2 sin regalos de ningún tipo. En esta serie, ya era otro Peñarol. Convencido de todo se mostró capacidad de reacción ante Independiente que empezó ganandole en San Juan y luego, en un domingo de gloria, lo liquidó en Buenos Aires. Como para que no queden dudas.