Paraíso. La postal de la costa en Comarruga, cuyas arenas son transitadas por miles de turistas durante la temporada.

 

El termómetro rozaba los 40 grados. Por suerte acá, en Comarruga, como en todas las playas costeras de España, es tan alta la humedad que al menos disipa el calor. Barcelona no es Madrid. Barcelona tiene su playa que da al Mediterráneo. Mientras que Madrid es una ciudad mediterránea, es decir sin costas a la vista. El calor en la capital española ha llegado a los 48 o 49 grados y es inclusive peligroso (ya se han registrado tres muertes por él). En las playas catalanas, por ejemplo, el termómetro ha trepada hasta los 43 y el calor, si bien es fuerte, al menos se soporta por la humedad. Cómo será esa humedad, que sigue toda la noche, que los techos de los autos están completamente mojados.

Lo cierto es que ayer, desde las 9 de la mañana, la gente ya empezó a poblar las playas de Comarruga. Como el poblado se extiende a la largo de la costa a través de sus edificios, cada uno tiene su lugar. También sus sombrillas y sus reposeras (para alquilarlas, cada una cuesta cuatro euros por todo el día). Lo común es que la gente llegue con sus toallones y los tire en la arena. Porque esta se va calentando con el correr de las horas hasta que, con los pies descalzos, es imposible caminar.

En cada salida a la avenida del mar hay un baño público y además una ducha para que los que salen de la playa lo hagan sin arena en su cuerpo.

Acá, en todas las costas que dan al mar Mediterráneo, el agua es prácticamente cristalina y de buena temperatura. No se producen grandes olas y los veleros abundan más adentro del mar.

El paisaje es maravilloso pero todo empieza a complicarse sobre el mediodía. Es que pasadas las 12 el calor sí se hace sentir y la gente comienza a retirarse. Por la siesta como que las playas están vacías ya que todos regresan después de las cuatro de la tarde.

Desde esa hora y hasta las 18.30 hay mucha gente pero de pronto desaparece. Todos van a prepararse para cenar. En el hotel, el comedor está habilitado para la cena a las 19.30 y cierra a las 22. Es increíble, más aún por tratarse de un lugar completamente turístico, que antes de las doce de la noche no haya nadie caminando por la avenida del mar.