Hubo fiesta en Santa Fe con el empate 2-2 frente a Estudiantes que le dio a Unión la continuidad en primera división y una despedida con honores para Juan Sebastián Verón a una carrera fenomenal.

El arranque del partido fue tibio y poco lucido, entregando poco y nada para el análisis. Sobre los 10, comenzaron a llegar las emociones, primero con una inmejorable oportunidad que Rosales desperdicio frente a Andujar. Dos minutos después, el Pincha no perdonó y en su primera aproximación puso el primero. Un buen desborde del colombiano Zapata derivo en la Gata Fernández, quien solo tuvo que empujarla para estampar el 1 a 0.

Unión emparejó al minuto con una buena jugada colectiva que encontró la cabeza de Fausto Montero para el empate. Ambas escuadras intentaban progresar en el campo pero chocaban una y otra vez contra las sólidas defensas. El primer tiempo entregó un partido de ida y vuelta, con momentos de buen futbol y otros de imprecisiones.

En el amanecer del complemento, y en su primera llegada sobre el área de Andújar, el Tate consiguió el gol que necesitaba para terminar el juego y el certamen con tranquilidad. Sobre los 6, tras un error del propio arquero pincha se generó un corner que Unión capitalizo a través de un Erramuspe que apareció con certeza para establecer el 2-1. Con el dominio del tanteador, el local intento apropiarse del balón y el terreno, ante un Estudiantes que era pura voluntad de Zapata y los toques mágicos de Verón. Cuando el reloj marcaba 17, una patriada del propio delantero colombiano termino en un certero y potente remate que dejo sin opciones a Bologna y se convirtió en el 2 a 2. Tal y como sucediera en el primer tiempo, la rápida igualdad conspiro contra la posibilidad de observar un partido muchos mas disputado y entretenido. Ambos conjuntos comenzaron rápidamente a conformarse con el empate y, salvo algunos arrestos de Jara en Unión o Zapata en el pincha, no se lastimaron y dejaron correr sin sobresaltos el cronometro de Maglio.

Para el final, sólo hubo lugar para la emotiva despedida de un Verón que entre lágrimas dijo adiós al fútbol. El empate terminó dando rienda suelta a la celebración contenida de todo el pueblo tatengue, que debió esperar hasta la última fecha para confirmar su permanencia en la elite del fútbol argentino.