El inicio del partido entre Nueva Chicago y Temperley por la Primera Nacional se tiñó de mucha violencia: hubo corridas, peleas, palazos, facas y puntazos en la popular.

En medio de la batalla campal entre la barra brava, se pudo observar cómo un hombre con la camiseta de Chicago acuchilló a varias personas, mientras otras se escudaban como podían contra la pared.

Segundos más tarde, la violencia se trasladó a la otra parte de la popular donde varios rodearon a un hombre y lo golpearon de manera salvaje hasta en el piso.

El cotejo estuvo demorado ocho minutos y, a pesar de los heridos, la pelota volvió a rodar en Mataderos bajo el pitazo de Mario Ejarque tras el OK policial.