Era promesa de partidazo y no defraudó. Barcelona y Porto se sacaron chispas en la final de la Copa Intercontinental de Clubes de Hockey sobre Patines, que finalizó empatado en 4 y terminó definiéndose en el alargue. Ninguno mereció perder, pero Pablo Álvarez apareció en el momento justo y le dio la victoria a los suyos

Por historia, el conjunto español era favorito, pero los de Portugal no se quedaron atrás. Los grandes beneficiados fueron los espectadores que no olvidarán la fiesta que se vivió esta noche en el Aldo Cantoni.

Cuando los penales parecían estar al alcance de la mano, el sanjuanino apareció para darle el triunfo al Barça que vuelve a ser campeón del mundo tras cuatro años de sequía.