Peleado. Así, como la imagen en la que participan Agustín Bousat (Vélez) y Jorman Campusano (Boca), salió gran parte del partido. Cerca del final apretó Vélez pero no le alcanzó para romper el cero. El jueves definirán en la revancha en La Bombonera.

Vélez Sarsfield no pudo romper la barrera que le planteó Boca Juniors en el complemento y tuvo que conformarse con que el partido se cerrara 0-0 en la ida de la serie entre ambos por la Copa de la Superliga.

El Fortín se empeñó pero careció de definición. El equipo de Alfaro mostró una imagen pálida y sin muchas pretensiones.

En el primer tiempo el partido salió deslucido. Plagado de imprecisiones. Encima se dieron escasas situaciones de gol. El local Vélez llevó la iniciativa y fue el que tuvo la más clara, pero el "Monito" Vargas se lo comió tras un furioso contragolpe.

En el ataque Xeneize fue Wanchope Abila el más movedizo y encarador, mientras que el abucheado Mauro Zárate apenas se metió una única vez entre los defensores locales pero lo interceptaron.

Se le escapa. Wanchope Abila se le fuga a la marca de Lucas Abram, en uno de los pocos ataque del Xeneize.


Promediando esa primera parte se dio una situación que podría haber cambiado el rumbo del partido. En un ataque del local, la pelota dio en el brazo del sanjuanino Emmanuel Mas pero el árbitro Abal interpretó que no hubo intención. Dudoso.

En el complemento el trámite largó similar. A los 5", tras un córner desde la derecha, Fernández la peinó y la pelota dio en la parte superior del travesaño de Boca. Dos minutos después amonestaron a Zárate, se dio otra silbatina tremenda y se volvió a sentir "el que no salta es un traidor".

A los 29" Galdames tuvo el gol pero reaccionó muy bien el arquero Andrada. En los últimos 10" Vélez le tiró toda la artillería (incluyendo un tiro en el travesaño) y convirtió a Andrada en la gran figura. El jueves se define en la revancha.

Zárate, recibido con silbidos e insultos

Mauro Zárate volvió a Vélez. Entró con otra camiseta, la de Boca. Nada que ver con el juramento eterno que hizo que jamás jugaría en otro equipo. Y los hinchas de Vélez lo recibieron con carteles, insultos y silbidos. "El que no salta es un traidor" sonó más fuerte que el Himno Nacional argentino.