Tadej Pogacar volvió a demostrar que no ha nacido en Eslovenia si no en algún lugar recóndito de la galaxia. Revalidó en Ruanda el título mundial de ciclismo con una exhibición tan grande y tan bestia como la que le sirvió el año pasado para convertirse en Zúrich, y por primera vez en su carrera profesional, como campeón del mundo.
En esta ocasión, el astro esloveno, si realmente ha nacido en ese país y no en otro planeta, atacó a 102 kilómetros de la meta cuando el Mundial se había apartado del trazado habitual de toda la semana para escalar una montaña denominada como el Monte Kigali, en honor a la ciudad y capital de Ruanda, que acogió el primer campeonato del mundo celebrado en el continente africano.
A Pogacar le dio igual correr en Europa que en África, porque en los últimos metros de la subida al Monte Kigali, en la parte más dura de la ascensión, aceleró de tal manera que sólo un corredor, Juan Ayuso, consiguió aguantarlo, aunque con el resultado de morir en el intento. A la pareja se les unió el mexicano Isaac del Toro, que se mantuvo fiel a su jefe de filas en la vida real, aparte del Mundial, hasta que quedaron 66 kilómetros para la meta, donde empezó el concierto en solitario de un Pogacar que ya no hace cosas increíbles, sino que para él y el resto de las personas son aparentemente normales.
Sin nadie a su vera, con el resto de corredores castigados, con un Remco Evenepoel que se peleaba con las bicis que no le funcionaban, pero que puso casta, aunque sólo para comprobar que no le restaba ni un segundo a Pogacar, el astro esloveno se fue en solitario hacia una victoria que engrandeció todavía más una temporada de sobresaliente y con la victoria en el Tour por cuarta vez como la mejor nota del curso ciclista. Fue un triunfo para engrandecer todavía más su figura de estrella de todos los tiempos y reunir otra victoria de enorme prestigio a su extraordinario palmarés.
Por detrás, sólo había sufrimiento, ganas de acabar un Mundial distinto a los vividos hasta ahora, y nunca poder saber qué habría pasado si Evenepoel, al final medalla de plata, no sufre tanta avería o está algo más fino en el momento en el que Pogacar, en el Monte Kigali, pasó a la acción para dejar a todos sus contrincantes sin respiración por mucho empeño que le pusieran; entre otros, Ayuso, que acabó la carrera reventado y conocedor que igual habría sido mejor serenarse en el momento en el que el ciclista esloveno pasó a la acción. El irlandes Ben Healy se colgó la medalla de bronce.
CLASIFICACIÓN
1. Tadej Pogacar (Eslovenia) 6:21:20
2. Remco Evenepoel (Bélgica) a 1:28
3. Ben Healy (Irlanda) a 2:16
4. Mattias Skjelmose (Dinamarca) a 2:53
5. Toms Skujins (Letonia) a 6:41
6. Giulio Ciccone (Italia) a 6:47
7. Isaac Del Toro (México) m.t.
8. Juan Ayuso (España) m.t.
9. Afonso Eulalio (Portugal) a 7:06
10. Tom Pidcock (Gran Bretaña) a 9:05

