Una botella con restos de combustible en la escena del siniestro fue la constatación más contundente de que el fuego había sido obra intencional de delincuentes, aseguraron ayer altas fuentes policiales. Una decisión peligrosa, porque las llamas consumieron totalmente el auto que querían quemar -el Renault 19 en desuso de un empleado público (también remisero) en el garaje- y casi por completo una Peugeot Partner de un panadero (inquilino en el mismo inmueble). Además provocaron un gran temor en la familia del dueño de casa, que prácticamente estuvo de rehén en los fondos: no podían escapar por el frente a causa de las rejas en las ventanas y el fuego que consumía la puerta de ingreso.

"La verdad que no sé qué pensar, no sé cómo se inició el fuego, la policía no me dijo nada. Estábamos durmiendo cuando sentí una explosión, salí a ver y estaba todo en llamas. Lo bueno es que ninguno de nosotros salió herido", alcanzó a decir ayer Rubén Alvarez, mientras limpiaba el interior de su vivienda, afectada por las llamas en paredes próximas al garaje, en los vidrios de ventanas y, en el interior, con calor, hollín y algunos daños en el baño, según Alvarez.

Todo pasó alrededor de las 4 de ayer en Hipólito Irigoyen al 1.396, en el barrio Güemes, en Chimbas, donde vive Alvarez con su señora y dos hijos pequeños. En el mismo inmueble, también vive el panadero Eduardo Brizuela (dueño de la Partner cargada con algunas mercaderías) quien alquila a un hermano de Alvarez.

Los investigadores policiales esperaban ayer las pericias de Bomberos, pero trabajaban en la firme sospecha de que alguien roció con combustible el Renault 19 de Rubén Alvarez y que entonces las llamas se propagaron al vehículo de Brizuela y amenazaron con copar la casa, algo que fue impedido, en parte, por los vecinos y finalmente por una dotación de Bomberos. El caso es investigado en la seccional 17ma. de Chimbas.