De abajo del mostrador los ladrones sustrajeron la caja registradora con los $3.000. En ese momento los empleados se habían encerrado en un baño para refugiarse.

Rápida y acertada -según la propia dueña del local-, fue la reacción que tuvieron dos empleados (hombre y mujer) de una farmacia céntrica cuando vieron entrar a dos delincuentes: corrieron hacia un baño, se encerraron allí, llamaron a la Policía y no salieron hasta que llegaron los uniformados. Los ladrones, con los rostros cubiertos, se vieron sorprendidos por esa reacción y se vieron obligados a huir sólo con la caja registradora, que tenía $3.000.

El ataque ocurrió en la noche del pasado miércoles, en la Farmacia Don Bosco 2, ubicada en Santa Fe metros al Este de la Avenida Guillermo Rawson, en Capital.

A las 22 los empleados cierran las puertas y comienzan a atender por una ventanilla, pero unos minutos antes los ladrones irrumpieron en el local, que en ese momento estaba sin clientes. Y apenas entraron les hicieron saber al hombre y a la mujer que atendían que no iban en busca de ningún producto: sacaron un cuchillo, cruzaron el mostrador y gritaron que querían dinero.

Los empleados ni siquiera se tomaron tiempo para caer en lo que estaba pasando y, rápidos de reflejos, atinaron a correr hacia el baño y cerraron con pasador. "Me contaron que esos minutos que estuvieron allí dentro fueron eternos", apuntó la propietaria.

Al poco tiempo llegó la Policía y los sacó del baño, pero para ese entonces los malvivientes ya se habían ido del local con el botín. Además del dinero, desde la farmacia aseguraron que no descartaban que también se hayan llevado algunos productos, aunque hasta ayer a simple vista no encontraban ningún faltante.

La dueña del local dijo que esta no es la primera vez que son víctimas de la inseguridad pues ya sufrieron un ataque el año pasado. Ayer aseguró que, sin falta, tomarán medidas para evitar nuevos ataques, como atender por ventanilla desde más temprano.