Hubo que recurrir a la advertencia de un juez de que, si no colaboraba, el cotejo de su ADN con el de una beba de casi 2 años, que su hijastra tuvo a los 12, se haría a la fuerza. Hubo que decirle que eso está permitido legalmente cuando se investigan delitos sexuales contra menores. El penitenciario de 49 años se resistió, porque siempre sostuvo que nunca sometió a la niña y que no era el padre de la criatura. Pero el 30 de marzo pasado, luego de una inicial negativa, accedió al examen y ahora esa prueba es una de las más importantes en su contra. Al punto de que ahora el fiscal coordinador de la UFI Anivi, Raúl Iglesias, quedó en condiciones de pedir la audiencia de control de acusación, es decir aquella que sirve para que el juez, en este caso Matías Parrón, depure las pruebas que tanto Fiscalía como la defensa precisarán para sostener sus argumentos a la hora del juicio oral y público.

En esa audiencia, Fiscalía también adelanta cuál será la condena que buscará para el imputado. Y puede suceder que este admita su responsabilidad y, a cambio de una rebaja de pena, acuerde un juicio abreviado y acepte ser condenado. En este caso, el sujeto está complicado, porque le atribuyen delitos que tienen una escala de entre 8 y 40 años de cárcel, indicaron fuentes judiciales.

El sospechoso está preso desde el 11 de marzo pasado. Fue después de que una vecina decidiera denunciar, porque la niña le había dicho a uno de sus hijos que la bebé que había tenido no era de un novio ocasional que conoció cuando se fue a visitar a su padre biológico en otra provincia, sino que era hijo de su padrastro.

En el Anivi, ante una psicóloga, la niña recordó que comenzó a ser abusada desde que tenía 3 años, que desde los 7 su padrastro comenzó a violarla y que fruto de esos ataques sexuales había quedado embarazada.

El informe de la psicóloga que entrevistó a la niña también dejó conclusiones contundentes en contra del imputado, pues en su informe esa profesional concluye que la menor muestra un abanico de indicadores de abuso sexual en los que su padrastro aparece como victimario, indicaron fuentes judiciales.

El rol de su madre en la traumática experiencia de la jovencita es algo que también está bajo la lupa de los investigadores, al punto de que el juez Parrón le prohibió a esa mujer todo tipo de contacto con la joven madre, precisaron.