Un changarín de 21 años fue condenado ayer a 3 años de prisión en suspenso (sin detención) y a cumplir ciertas reglas de conducta, como no acercarse ni contactar a su hermana de 13 años, luego de confesar lo que le hizo: haberla manoseado entre los 11 y 13 años.

El caso había sido denunciado el pasado 4 de octubre por la directora de una escuela, que conoció de la situación por la que atravesaba la menor luego de que se lo comentara una docente.

La investigación encarada por la fiscal Ingrid Schott y el ayudante fiscal Rodrigo Videla (UFI Anivi), concluyó que la menor no fabulaba ni que había sido presionada para incriminar a su hermano.

Las pruebas recabadas fueron fundamentales para que el sospechoso admitiera en un juicio abreviado, logrado con Fiscalía a través de la ayudante de Defensa, Mariela Ordoñez, que cometió el delito de abuso simple reiterado, agravado por la situación de convivencia y por el vínculo con la víctima. El juez de Garantías, Matías Parrón, aceptó esa salida y le impuso al acusado la misma pena que se mostró dispuesto a cumplir.