A la cárcel. Luego de negarse a dar su versión en el Quinto Juzgado de Instrucción, Claudia Moya (23) fue trasladada al Penal de Chimbas.


Durante el trámite de la indagatoria, por un breve momento Claudia Moya (23) pareció quebrarse, porque realizó los gestos típicos de quien llora pero nadie le vio una lágrima. Por eso, quienes presenciaron esa audiencia en el Quinto Juzgado de Instrucción, no creyeron en esa supuesta muestra de dolor por la muerte violenta de su marido Alfredo Yamil Turcumán (28).

Más aún porque en casi toda la audiencia se mostró fría y distante. Moya se negó ayer a dar su versión como única sospechosa de ese homicidio agravado, pero antes de saber que el juez le imputaba ese gravísimo delito supo de las pruebas en su contra. Como por ejemplo, los testimonios de familiares y vecinos que aseguran que ‘amenazaba‘ con abortar (cursa un embarazo de 19 semanas), para que ese joven que era empleado en un aserradero no la abandonara.
Turcumán murió el jueves 22 de junio pasado a causa de un cuchillazo en el corazón sufrido en la casa de Trinidad, Capital, donde vivían con otras dos nenas hijas de ella, la noche del 13 de junio pasado.

Esa vez la misma Moya habló de un accidente. Dijo que su marido se accidentó con el cuchillo mientras arreglaba la cerradura de una puerta. Pero la madre de la víctima sospechó y denunció, pues ya tenía antecedentes de los malos tratos de ella, que habían incluido golpes.

Y las pruebas le dieron la razón. La autopsia reveló que el cuchillo perforó unos 10 centímetros en el cuerpo de Turcumán, algo que alejaba de plano la idea de un accidente porque, encima, el cuchillo terminó partido en dos y ella tenía marcas de cortes en una mano compatibles con haber agarrado esa arma blanca, dijeron fuentes judiciales.

El joven también presentaba marcas de rasguños y golpes en su cuerpo. La sospecha de que Moya era una mujer violenta con su marido, lo reforzó también una expareja de la imputada y padre de una de sus nenas, quien declaró que Turcumán le contó que su esposa lo golpeaba.

El juez Benedicto Correa decide si debe o no ser procesada.

Un jefe denunció a subalternos


Luego de que familiares de Alfredo Turcumán dijeran públicamente que en la Seccional 3ra lo habían tratado de ‘maricón‘ cuando fue a reclamar por la violenta conducta de su esposa, el propio jefe de esa sede policial, el comisario Adolfo Aciar, denunció en la fiscalía a cargo de Claudia Salica, que se investigue si alguno de sus subalternos cometió o no algún delito, como el posible incumplimiento de los deberes de funcionario público, dijeron fuentes judiciales. Según las fuentes, en esa Seccional figura sólo una exposición de Turcumán del 31 de julio del año pasado, en la que su esposa se abstuvo de denunciar.