Primero testeó el terreno: en plena siesta llegó al comercio, preguntó algunos precios y se fue sin más trámite porque no estaban dadas las condiciones: en el local había varios clientes. Y todo indica que esperó paciente hasta que sólo quedaron los cuatro empleados y entonces reapareció a las 16.50 de ayer con la excusa de que se le había quedado dinero en el mostrador. Cuando la encargada vino del fondo hasta la caja para aclarar el asunto, el sujeto se tomó la cintura como si tuviera un arma y desnudó sus intenciones: "no se me quedó la plata, dame toda la plata que tengas", exigió. Y segundos después huía en una bicicleta rosada con unos 600 pesos, el botín del octavo golpe que sufrió esa heladería "Grido" de Ignacio de la Rosa al 1.297 Oeste, en Rivadavia, desde enero del año pasado, dijeron ayer empleados del local.
De todos modos ayer, el caso se esclareció enseguida porque el sujeto actuó a cara descubierta y sobre todo porque no se desprendió de la bicicleta playera rosada. Con datos del sospechoso y el rodado, varios policías salieron a buscarlo hasta que unos 40 minutos después, el sargento Fabián Pérez y los agentes Ariel Olivera y Leonardo Casas (Motorizada IV) lo sorprendieron en el loteo "Del Bono Green" con 267 pesos y bolsas con mercadería que había comprado en el "Wal Mart". ¿Qué compró? un poco más de 2 kg. de matambre, medio kg. de chorizos y otro medio más de salchicha parrilera, además de una jarra y 6 vasos de vidrio, dijeron fuentes policiales.
El sospechoso resultó ser un conocido de los policías: Osvaldo Icazati, un joven de 28 años al que suelen ver haciendo changas en un locutorio frente al hospital Marcial Quiroga. Icazati, dijeron, no tiene antecedentes y por el hecho de actuar a cara descubierta y no desprenderse de la ropa ni la bicicleta rosada después del robo, no descartaban que quizá no esté del todo en sus cabales.
Ayer, policías de la comisaría 13ra. al mando del comisario Armando Galleti, reunían toda la evidencia para ver cómo se resuelve el caso.

