Podría decirse que fue una de cal y una de arena para Carlos Alberto Campodónico (50): ayer, en un juicio abreviado, admitió que tuvo y distribuyó pornografía infantil y aceptó recibir 4 años de cárcel, la pena mínima posible. Pero la mala para él fue que se le revocó la detención domiciliaria que gozaba y ahora debe regresar al Penal de Chimbas y esperar que sus abogados vuelvan a pedir que le concedan ese beneficio, esta vez en el Juzgado de Ejecución Penal, con el riesgo de que la respuesta sea negativa.

El excoordinador del Museo Agustín Gnecco estuvo dubitativo en el comienzo de la audiencia. Sus defensores Fernando Castro y Andrés Troche pidieron un cuarto intermedio y pasaron a explicarle que habían arribado a un acuerdo con la fiscal Valentina Bucciarelli (UFI Anivi). En caso de no aceptarlo, la causa pasaba a un juicio común y se hablaba de que en esa instancia Fiscalía iba a pedir 7 años de cárcel, explicaron fuentes judiciales. A Campodónico lo tiraba para atrás que el acuerdo establecía que la pena era a cumplir en el Servicio Penitenciario, pero con la posibilidad de recurrir al Juzgado de Ejecución Penal para pedir otra vez permanecer en su casa de Rivadavia. Y eligió ese camino, mostrándose convencido ante el juez Federico Rodríguez, que homologó el pacto y lo condenó entonces a 4 años de prisión efectiva por el delito de distribución y tenencia de pornografía infantil, agravado por la edad de las víctimas (menores de 13 años).

Campodónico había sido detenido el 11 de junio de este año, por un informe del Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados que alertó que en su domicilio funcionaba una dirección electrónica que tenía vínculos con el tráfico de imágenes con niños abusados. Fiscalía comprobó que el 7 de diciembre del año pasado envió a través de Messenger (tenía un usuario con otro nombre) un video con pornografía infantil a otro usuario. Y que el 24 de ese mes distribuyó a esa misma persona otros 7 videos similares, con actos sexuales explícitos de menores.

Cuando los pesquisas allanaron su vivienda, secuestraron varios dispositivos electrónicos y de almacenamiento de datos. Los peritajes arrojaron que tenía material comprometedor en un disco rígido externo, en una CPU y en 7 DVDs.

El ahora condenado estuvo internado unos días en el Hospital Marcial Quiroga, regresó al Penal y el 29 de octubre último le dieron la domiciliaria (con pulsera electrónica). Ahora vuelve a una celda, aunque sus defensores dicen que no está en condiciones porque es diabético, hipertenso, tiene problemas gástricos y perdió mucho peso.