Con una biblia en la mano, el cabo Ricardo Fernando Bertucci, buscó mostrarse como un 'buen hombre, católico, un buen policía', muy alejado de aquel sujeto de reacciones imprevistas que -según la acusación- en un arranque impulsivo acusó a su pariente Juan Américo Castro de querer raptar a su hija (tenía casi 2 años) en una carnicería en la que habían coincidido el 5 de febrero pasado, en calle 14 y Aberastain, en Pocito. Esa vez, siguió al otro hombre hasta su casa con varios policías, hasta que lo metió preso por ese presunto intento de rapto, que para la Fiscalía no se probó y que llevó a Castro estar unas 10 horas detenido en la seccional 7ma. Ayer, en sus últimas palabras ante el juez de Garantías, Matías Parrón, Bertucci hasta se tomó la licencia de leer algunos pasajes de la Biblia y decir que le 'perdonaba todo' a Castro.

Sin embargo sus dichos no lo salvaron. El magistrado consideró que durante el juicio se probó que cometió el delito de falsa denuncia y lo condenó a 6 meses de prisión sin encierro.

La decisión del juez fue una adhesión parcial a lo que pretendían el fiscal coordinador de la UFI de Delitos Especiales, Adrián Riveros y el ayudante fiscal Sebastián Gómez. Ambos habían pedido una condena de 3 años sin detención para el policía y el doble de inhabilitación para ocupar cargos públicos, por falsa denuncia y también por privación ilegítima de la libertad por abuso de sus funciones. 'Vamos a esperar a conocer los fundamentos de la sentencia para decidir si la impugnamos o no', dijo ayer Riveros.

El fiscal, había pedido también al cabo de su alegato que ocho personas que declararon a favor del policía sean investigadas por falso testimonio, pues durante el debate aseguraron que vieron a Castro con la nena en sus brazos cuando salía de la carnicería y luego la arrojaba en los cajones de la verdulería situada fuera del otro local, situación que no fue percibida (ni vista ni escuchada) por otros testigos, como los propios dueños del comercio.

Todo indica que al momento de dar a conocer sus fundamentos, el magistrado dirá si adhiere al pedido de ordenar una investigación o si deja en manos de la Fiscalía iniciar por su cuenta la denuncia contra esos presuntos falsos testigos.

Bertucci y Castro tenían una relación cercana, hasta que el policía tuvo problemas personales y, al mudarse, dejó algunas cosas en la casa de Castro, como dos equipos de aire acondicionado. En diciembre pasado, Castro decidió vender esos aparatos para poder sobreponerse a sus graves problemas económicos. Y aunque luego desarmó esa operación y devolvió los equipos, para Fiscalía todo indica que el policía no quedó conforme. Es más, el mismo Castro dijo que el día del hecho, Bertucci le dijo que se las iba a pagar luego de que él saludara a la nena con el gesto de estrechar puños, y que instantes después encabezó el operativo en su casa en el que terminó preso.

Jorge Aguiar, defensor de Bertucci, había pedido la absolución en base a los dichos de los testigos tachados de falsos por Fiscalía. Ahora, también tendrá la posibilidad de impugnar la sentencia en su contra.