¿Quién mató a la jubilada María Pérez? ¿Por qué? ¿Acaso no bastaba con reducirla y silenciarla sin llegar al extremo de ultimarla? ¿O la mataron porque conocía al ladrón y este resolvió eliminarla para que no lo delatara y así poder salir impune? ¿Fue quizá un crimen cometido al voleo por algún delincuente bajo el efecto de las drogas?

Esos interrogantes y otros más ocupaban ayer a los investigadores del homicidio de esa mujer que vivía en la calle Gobernador Rojas, en la Villa Paolini, en Pocito, y fue perpetrado alrededor de las 10 de la mañana del último sábado por al menos una persona que huyó con el dinero de la anciana, no más de $20.000, según estimaron sus propios familiares a los pesquisas.

Sin embargo dos de esas hipótesis parecían sobresalir: un presunto ataque al voleo, es decir nada planificado y ejecutado sobre la marcha, quizá cuando la mujer ingresaba a su casa luego de barrer o de haber vuelto de hacer compras.

O, todo lo contrario, un homicidio cometido por algún conocido, justamente para que la mujer no lo señalara y frustrara sus intenciones de salirse con la suya.

Lo que sí parece tener más fuerza es que se trató de un solo delincuente que llevaba consigo el arma homicida, un viejo cuchillo cabo de madera, que la familia de la mujer no reconoció como parte de sus cosas. Quedó sobre una mesa en la casa de la jubilada, que yacía a poco metros del ingreso a la cocina con puerta hacia el frente de la calle.

Esclarecer el caso para los pesquisas es por ahora algo complicado, pues en el lugar no encontraron testigos directos de algún movimiento sospechoso en la vivienda de la anciana, que vive en una zona transitada.

La obtención de alguna pista en cámaras de seguridad también parecía otro obstáculo, porque en la zona hay aparatos pero no cerca de la casa de la víctima, precisaron.

El caso fue descubierto por un vecino, que se acercó hasta la vivienda cerca de las 13 del sábado, a pedido de un familiar de la jubilada porque no contestaba. Fue esa persona la que encontró a la mujer tendida en un charco de sangre, pues había sido degollada con dos cortes en el cuello y había recibo por lo menos un golpe en el rostro, precisaron.