Al inicio de la jornada de este viernes, justo antes de ingresar al fin de semana, un hecho trágico y escandaloso sucedió en Chimbas. Un niño que recién comenzaba a dar sus primeros pasos en la adolescencia, fue la víctima fatal del desenfreno. Ángel Danilo Castillo, de apenas 14 años, iba en ambulancia rumbo a su tratamiento de diálisis a las 7. Junto con él, estaba su padre -actualmente internado de gravedad- y los conductores. Pero, hasta el momento, sólo el inocente Castillo pagó con su vida la juzgada libertina entre dos autos que, al parecer, competían en picadas. Durante de siesta, dos sujetos fueron demorados en la Comisaría 17ta. Ellos ingresaron al asesino Rodrigo Fernando Díaz, de 18 años a la Sala de Urgencias del Hospital Rawson.

Se trata de un padre y su hijo: Gustavo y Diego Artazo, conductores de un Volkswagen Gol. Según fuentes confiables, ambos serían los competidores de Díaz en la picada. La relación que los une es de amistad. Y, de acuerdo a la reconstrucción de los hechos por parte de las fuentes, los Artazo presencian el impacto contra la ambulancia e inmediatamente proceden a ayudar a Díaz, una vez que este abandonó el Chevrolet Corsa que conducía y que sirvió de herramienta para la muerte.

En un principio, de acuerdo al relato consignado, Díaz abandonó el lugar el hecho –acontecido en la calle Días y 25 de Mayo- hasta llegar a un descampado cerca de allí. El perpetrador del hecho, no logró continuar debido al extremo dolor provocado por lo que luego en el hospital diagnosticarían como fractura de columna cervical. En ese momento, los Artazo, ante los gritos de desesperación de Díaz, decidieron llevarlo a su hogar en el barrio Frondizi (Capital), de allí trasladarlo al Hospital Rawson y retirarse.

Durante la siesta de este viernes, Gustavo y Diego Artazo quedaron detenidos en manos del personal policial de la Comisaría 17ta. Las fuentes consultadas indicaron que, a la luz de los hechos, ellos serían los cómplices de asesinato.

Díaz, por su parte, continúa internado en el nosocomio acompañado por la custodia policial. A la espera que las pericias e investigaciones diluciden con más mayor precisíón los hechos. 

Por supuesto, queda la historia de Ángel Danilo Castillo. El recuerdo, el dolor y la angustia que vivirá una familia entera. Con su corta edad, sufría problemas en el funcionamiento de los riñones y el hígado. Incluso era postulante para un transplante de órganos. Mientras que esperaba por ella, el joven se dializaba desde hace poco más de un año.