Aquella madrugada del 21 de julio de 2018, Carlos Ariel "Chino" Alvarez (34), Matías Miguel Pereyra (alias "Ben Diez", 22 años) y Miguel Francisco "Cacona" Gómez (26) participaban de una juntada por el Día del Amigo en el Lote Hogar 18, en Rawson. Estaban en una vereda cuando Daniel "Chivato" Pereyra (34) y su novia bajaron del auto en el que protagonizaban una acalorada discusión, para seguirla en la calle. Fue ahí que "Ben 10" se acercó para intervenir en favor de la chica, pero el novio de la joven se ofuscó, discutieron y le dio una trompada. Ese fue el principio del fin para ese joven, porque el sujeto atacado buscó refuerzos y en instantes se generó una batahola que por un momento involucró a dos hermanos y a un cuñado de Daniel Pereyra, que viven cerca (en la Villa San Damián), pero al final optaron por huir al verse superados largamente en número.

"Eran como 25 y nos podían haber matado a todos", había dicho a este diario días después del homicidio uno de los hermanos de la víctima.

Instantes después, Pereyra era atacado a cuchillazos y perdió la vida en el hospital Rawson. Desde entonces varios quedaron en la mira, pero al final sólo Pereyra (que no es pariente del fallecido), Gómez y Álvarez quedaron más complicados, porque los sindicaron como líderes del grupo, porque a los tres los vieron con armas blancas. Y, lo más comprometedor, los señalaron como autores del ataque letal.

Ayer, en la Sala I de la Cámara Penal, iban a empezar las audiencias de ese juicio, que preside el juez Martín Heredia Zaldo. La intención de los defensores Ángel Peña, Fernando Chavez y Gastón Garrido era intentar demostrar que no hubo un homicidio simple (con penas de 8 a 25 años) sino un homicidio en riña, es decir durante una pelea. Ese delito tiene una pena mucho menor.

Sin embargo, al final resolvieron llegar a un acuerdo de juicio abreviado con la fiscal, Marcela Torres, un proceso en el que los imputados estuvieron de acuerdo, dijeron fuentes judiciales.

Lo más probable es que hoy, los acusados admitan que cometieron un homicidio simple con dolo eventual, delito por el que están dispuestos a recibir el mínimo del castigo, 8 años de cárcel, dijeron fuentes judiciales.Si el juez acepta ese acuerdo, no podrá imponer una pena mayor a los confesos homicidas.