Inhabitable. La familia se tuvo que ir de la casa porque corría peligro de derrumbe. Para ayudarlos, llamar al 2645787111 o 2645787114.

Un incendio en una casa de San Martín echó por tierra ayer la ilusión de una humilde familia de tener su primer vehículo. Es que las llamas, además de dejar importantes daños en gran parte de la construcción, quemaron los más de $60.000 que venían ahorrando para comprar un auto. Parte de ese dinero además iba a ser destinado para festejarle los 15 años a una de las hijas, intención que por el momento también quedó en la nada.

Según los damnificados, el fuego se desató en un auto que estaba en la parte posterior de la vivienda, ubicada en la Villa del Rosario, en la localidad de La Puntilla. Y para ellos y también para los bomberos que trabajaron en el lugar la sospecha es que algún desconocido lo causó, básicamente porque el viejo rodado estaba en desuso y no tenía nada eléctrico que pudiera generar algún cortocircuito, indicaron.

"José, se está quemando la Renoleta". Eran las 4 de la mañana cuando Marisa Ruarte (32) despertó a los gritos a su esposo para avisarle que el vehículo de su madre (tiene su casa detrás de la de ellos), estacionado en el fondo de la vivienda que le presta a la pareja estaba ardiendo. Y lo más desesperante, que las llamas se habían apoderado del techo de caña que protegía ese Renault 4 y poco a poco comenzaban a extenderse hasta la casa, donde además dormían sus hijos de 2, 9 y 14 años.

Minutos antes, José Luis Godoy (33) se había levantado a prepararle la leche al más pequeño y había escuchado ruidos de "latas crujiendo", pero no le había dado mayor importancia, según el relato del hombre.

Sin embargo, apenas pegó el grito su mujer se asomó por la ventana y constató que efectivamente se estaba incendiando el auto y que el fuego se dirigía hacia donde estaban ellos. "Lo primero que hice fue poner a salvo a los chicos, los saqué de la casa", dijo Godoy. Luego, con la ayuda de varios vecinos, inició la peligrosa tarea de rescatar todas las pertenencias posibles antes de que las llamas las consumieran. "Vi el fuego y no me importó nada. Entré igual a salvar lo que pude", aseguró ayer el hombre, visiblemente agotado. Los esfuerzos sirvieron, pero igual se quemaron algunos muebles, ropa y otros objetos, incluida la plata, que estaba en una caja sobre un ropero, en una habitación. "Eso es lo que más me duele" aseguró Godoy, quien junto al vecino Néstor Fernández debieron ser atendidos en el microhospital de San Martín porque se intoxicaron con humo. Ambos estaban fuera de peligro.

El drama de la familia pasa por que se quedaron sin casa, pues a esa debieron abandonarla porque corría peligro de derrumbe. "Es un golpe duro, pero no queda otra. Gracias a Dios todos estamos bien y vamos a salir adelante", cerró Godoy.