'¿Y, Rebe, ya te decidiste, vas a querer un buen regalo o la fiesta?', preguntó el lunes por la noche Lorena a la mayor de sus hijas, Rebeca, de 14 años, en alusión a una fecha clave: el cumpleaños de 15 de la niña, justamente el 15 de abril del próximo año. 'Todavía no sé, mami, me duele la espalda', fue la respuesta de la chica. Instantes después partían hacia el hospital de Barreal, junto con su hermanita Francesca (8), con los mismos síntomas que habían obligado a llevar por primera vez a ese centro de salud a Rebeca, el viernes pasado sobre las 14: fiebre, dolores de cuerpo, tos. Según la madre de las niñas, luego de atender a la más chica e indicarle algunos medicamentos, un médico se ocupó de la jovencita y le dijo: "'Le duele la espalda por la tos, por lo que tosió tanto, pero está bien, puede reincorporarse a la escuela', luego mi hija murió", contó la mujer. Por precaución, la propia adolescente decidió no ir al colegio el martes, pues temía una recaída. Y acertó en su temor, porque sobre las 13 se descompensó y hubo que partir a mil hacia el hospital, donde dos enfermeros y el mismo médico ("apareció como media hora después", dijo Lorena) se empeñaron hasta localizarle los conductos sanguíneos de sus brazos para poder medicarla e intentar recuperarla por vía intravenosa. Pero todo esfuerzo fue en vano.

"A eso de las cuatro y media de la tarde (del martes) salió el médico que por ahora no voy a nombrar y me dijo: 'Lo siento, mamá, hicimos lo que pudimos', y se fue sin decirme qué había pasado ni nada", contó ayer la joven madre, entre lágrimas.

Rebeca Zanek Campusano

"Después querían entregarnos el cuerpo como que hubiera tenido una muerte natural y yo no quise. Les dije, 'acá están queriéndose cubrir ustedes porque acá algo pasó', mi hija no se puede haber muerto así nomás de un rato para otro. Queremos que se sepa la verdad y si hay responsables que paguen, para que no le pase a nadie más en el departamento", dijo a su turno Edgardo Zanek, el padre de la jovencita fallecida.

Esa oposición sirvió para que el director del hospital barrealino promoviera que el caso se judicializara.

Ayer, el fiscal Francisco Micheltorena y el ayudante fiscal Adrián Elizondo (UFI de Delitos Especiales), llegaron a Barreal para secuestrar la historia clínica de la jovencita y recabar otras pruebas, como los testimonios del personal de aquel centro de salud y de toda persona vinculada al caso.

Un informe preliminar de la autopsia practicada en la menor habría revelado que murió a causa de una neumonía.

Y la pregunta a develar ahora para los pesquisas es si cabe o no sospechar de que al menos uno de los médicos puede enfrentar una investigación por presunto homicidio culposo, pues a los padres no les parece nada lógico ni normal que les dijera que a su hija le dolía la espalda por la tos y no intentara chequear su estado de salud con otros estudios, como una radiografía.

Edgardo y Lorena acompañaban a su hija en todos sus sueños y proyectos, como aquel de querer ser ingeniera civil.

En el pueblo de Barreal, estaban conmovidos con la inesperada partida.